El Monasterio de las Madres Dominicas de Caleruega exhibe junto al sepulcro de la hija de Alfonso X El Sabio la camisa, la saya y el tocado con el que fue enterrada la infanta.

Canal Patrimonio

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El Monasterio de las Madres Dominicas de Caleruega (Burgos) exhibe el ajuar funerario con el que fue enterrada hace 700 años la Infanta Leonor de Castilla, una de las hijas de Alfonso X El Sabio. Se trata de un conjunto textil de un incalculable valor histórico hallado hace dos años cuando se abrió el sepulcro del Medievo en el que han reposado los restos de la infanta y que ahora puede verse en el monasterio, después de un importante trabajo de restauración enmarcado en un proyecto cultural para el que la Junta de Castilla y León ha invertido alrededor de 75.000 euros.

Han presentado el resultado de un trabajo que permite conocer en detalle la vestimenta con la que la joven Leonor fue enterrada en el siglo XIII. Un ajuar funerario que ha sido conservado pese a los avatares del tiempo y que dan cuenta del modo en el que los nobles de la época vestían, y en especial la querida hija del monarca castellano que fue enterrada con una camisa de un lino muy fino, una saya de algodón y seda acordonada acompañada de un tocado que daba cuenta de su importancia social.

El resultado de este trabajo de restauración podrá verse en el citado monasterio de la localidad ribereña en la sala que la congregación, con la ayuda del Gobierno regional, ha acondicionado para rendir homenaje a la infanta. Cabe recordar que el Monasterio de las Madres Dominicas de Caleruega se fundó por orden expresa de Alfonso X El Sabio como da cuenta el citado ‘Privilegio de Alfonso X’ para que los restos de su hija estuvieran en tierras castellanas. Así lo atestiguan tres documentos de la época que también pueden verse en la sala dedicada a la infanta entre los que se encuentra un documento de los sobrinos de la infanta en los que se indican que correrán con los gastos del sepulcro y los detalles de la conservación de su familiar.

Un libro de historia a la vista de todos los turistas que durante este año se acercan hasta la localidad ribereña con motivo del 800 aniversario de la fundación del monasterio. Se trata de poner en valor un patrimonio cultural que ejemplifica muy bien lo que es el patrimonio moderno porque no solo hablamos de un personaje importante para la historia de Castilla sino que nos habla de la muerte de una persona joven que fallece junto a su padre y que, por deseo de ése, es enterrada aquí. Una figura que en ocasiones ha pasado desapercibida en los anales de la historia y a la que se quiere poner en valor a través de sus ropajes y lo que cuentan éstos de su figura.

Compleja restauración

Custodiado durante siete siglos por las madres dominicas, los restos de la infanta Leonor estuvieron durante años en clausura. Hace dos años, el sepulcro fue objeto de un esmerado trabajo arqueológico que permitió mejorar su estado de conservación. Asimismo, fue el momento en el que se abrió el mismo y se descubrieron los restos de la hija del renombrado monarca castellano para descubrir que Leonor de Castilla era una mujer que llegó a medir 1,70 centímetros -algo poco habitual en la época medieval- al tiempo que se vieron los ropajes con los que fue amortajada.

Las telas se encontraban en un estado de conservación desigual y deficiente. Del ajuar se pudieron recuperar varias prendas con las que fue enterrada en 1275: una saya encordada, que ejemplifica a la perfección la vestimenta femenina del siglo XIII, restos de la camisa interior y pequeños fragmentos del tocado o velo que cubría su cabeza. Son unas piezas de indumentaria medieval de importancia, ya que describen el modo de enterramiento y la riqueza de los ajuares que se reservaban tan solo a los reyes y algunos miembros de la alta nobleza castellana del siglo XIII.

Las mismas presentaban evidentes signos de alteración, de deshidratación y acidificación de las fibras, con la pérdida material en la práctica totalidad de la parte inferior de la saya. De la camisa solamente quedaban algunas fibras. Los tratamientos se han efectuado conforme a las pautas metodológicas previas de investigación técnica y científica, comprendiendo el estudio tipológico de las piezas, la caracterización de sus materiales, las condiciones y características del contexto ambiental y de su estado de conservación. Los estudios han contribuido a entender la modificación de su aspecto y plantear unos procesos en base a un criterio arqueológico supeditado a los resultados obtenidos.

Así lo resaltó una de las restauradoras, Teresa Valladares, el valor de la camisa de lino que fue elaborada en base a un tejido que hoy no encontraríamos y que también da cuenta de la forma del cuerpo de la hija del monarca. Del mismo modo, explicó que la saya o vestido de gala con la que fue enterrada es una prenda muy lujosa elaborada en seda y algodón adornada con piel de conejo. Un vestido largo acorde a la estatura de la infanta Leonor que destacó en la época por ser una mujer esbelta y bella, como inmortalizaron algunos pintores de la época.

Un sepulcro medieval

El Monasterio de las Madres Dominicas de Caleruega, en Burgos, fue fundado en 1266 por Alfonso X el Sabio, transformando la casa solariega de los Guzmanes, casa donde nació Santo Domingo, en iglesia y monasterio. Coincidiendo con el primer centenario del nacimiento del santo llevó allí a las monjas de San Esteban de Gormaz, en 1270.

En 1275, la infanta Leonor muere mientras acompañaba a su padre, Alfonso X, a entrevistarse con el Papa Gregorio X. El rey ordena su enterramiento en el Real Monasterio de Santo Domingo. El cadáver se depositó en el monasterio meses después, en un sepulcro exento que, de haberse conservado, estaría entre los más destacados exponentes de la plástica funeraria castellana del siglo XIII.

Debido a la magnitud de los daños, se desmanteló en 1933 y, en nuestro días, se conserva un fragmento del cuartelado, los tres leones del basamento y la momia con lo que quedaba de su indumentaria funeraria. Gracias a estos restos, cobra hoy nuevo sentido la recuperación material e histórica de su origen y se sitúa en el lugar que le corresponde a este personaje en la historia del origen monasterio y la orden. Agencia ICAL

IMAGEN: presentación de la exposición del proyecto cultural Doña Infanta Leonor de Castilla. Ricardo Ordóñez / ICAL