El Ara Pacis, el imponente monumento construido para celebrar las victorias de Augusto y el inicio de la Paz Romana, recobra sus colores originales dando lugar a un espectáculo único que está entusiasmando a vecinos y turistas. Se puede contemplar los viernes y sábados hasta el 7 de septiembre.

Canal Patrimonio / EFE

Ara Pacis Roma- EFE- 25082014

El “Altar de la Paz” se puede visitar en Roma todos los días. Ahora bien, los viernes y sábados hasta el 7 de septiembre conviene fijar bien la hora de visita, ya que desde las 21 horas hasta la medianoche, hay un aliciente más: sus relieves recobran su policromía original. Es uno de los múltiples homenajes organizados para celebrar los dos mil años de la muerte del primer emperador del Imperio Romano, Cesar Augusto, que falleció el 19 de agosto en Nola, al sur de Italia.

El célebre monumento de la Pax Romana vuelve a recuperar sus colores “gracias a un análisis que ha permitido encontrar restos de dorados y rojos en los relieves; gracias a la comparación y al estudio de los colores de la época, que podían haber sido los más probables que se hubieran utilizado, como los de la fase pompeyana del periodo augusteo o las pinturas de entonces”, explica la directora del Museo del Ara Pacis, Orietta Rossini.

Mármoles de colores
“Los monumentos de la época no eran blancos como ahora los vemos, o como nos los muestra el cine; sino que estaban construidos con bellísimos mármoles de colores o mármoles pintados y también el Ara Pacis estaba coloreado”, agrega Rossini, quien aprovecha para precisar que los  colores que tiñen mágicamente el Ara Pacis estas noches no pueden ser considerado su verdadero cromatismo, ya que no existe documentación, pero “son los colores más probables del monumento y constituyen una reconstrucción fiable de cómo fue”.

Eneas y los Penates
La directora del Museo del Ara Pacis revela que para llegar a este resultado, se creó una comisión científica para estudiar los colores y tras tener los resultados se hicieron fotografías digitales de los paneles que fueron después coloreadas “y estas son las que se proyectan sobre el monumento con total minuciosidad para hacerlos coincidir con los relieves”. De esta manera, los visitantes pueden volver a ver con todo lujo de detalles el panel que representa Eneas y los Penates (las divinidades protectoras del hogar) y donde resalta la toga del rojo pompeyano del troyano mientras ofrece su cesta de frutos a los proyectores.

Diversos paneles
Regresa por un momento a su esplendor la escena del llamado “lupercal”, del que quedan pocos restos del relieve, y que se puede volver a observar con claridad la escena del dios Marte ataviado con sus ropajes rojos de guerrero y su coraza y yelmo dorados, que observa a la loba luperca amamantando a Romulo y Remo. Uno de los más espectaculares es el panel con la representación de la “Tellus”, la Tierra Madre, con sus amorcillos, animales y frutos, y también revive el panel de la Diosa Roma, ataviada como una amazona. Sorprende también la parte inferior de estos paneles con las decoraciones vegetales más ricas halladas en esta época, formadas por hojas de acanto y motivos florales y aves volando y que destacan con sus vivos tonos verdes, amarillos y blancos.

La directora del Ara Pacis afirma orgullosa que el éxito de este evento reside en “la gran belleza que se crea”, pues “las proyecciones crean un efecto fantástico que genera una emoción muy fuerte y un impacto estético de gran potencia. Cuando uno ve el Ara Pacis con esta proyección coloreada y después la vuelve a ver blanca, no la ve con los mismos ojos, le parece decolorado, apagado”.

A la medianoche los colores del Ara Pacis desaparecen y sólo queda decir lo que el emperador romano pronunció poco antes de morir según sus biógrafos y como se terminaban las comedias: “Acta est fabula, plaudite!, la fábula ha terminado, ¡aplaudid!”.

IMAGEN: Imagen cedida por Zètema Progetto Cultura del Ara Pacis, el imponente monumento construido para celebrar las victorias de Augusto y el inicio de la Paz Romana.  EFE