El Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) acoge “The Forever Now”, una exposición de 17 artistas contemporáneos unidos por  un nexo común, la ausencia cualquier signo de temporalidad en sus pinturas.

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La muestra contiene, así, 90 cuadros de diferentes artistas, algunos más conocidos que otros, que no representan el tiempo en que fueron pintados, ni en estilo, ni en contenido, ni en medio. “Lo que caracteriza nuestro momento cultural al principio de este nuevo milenio es la incapacidad -o quizás el rechazo- de muchos de nuestros artífices culturales de definir el tiempo en que vivimos”, subrayó la comisaria de la exposición, Laura Hoptman. Para aclarar el concepto de atemporalidad, la comisaria se refirió al escritor de ciencia ficción estadounidense William Gibson, que define “nuestro tiempo como un no-tiempo”.

Richard Aldrich, Joe Bradley, Kerstin Brätsch, Matt Connors, Michaela Eichwald, Nicole Eisenman, Rashid Johnson, Oscar Murillo, Laura Owens, Josh Smith o Mary Weatherford son algunos de los nombres que exponen en “The Forever Now”, escogidos de manera “específica y arbitraria” dentro del arte plástico, según Hoptman. Una de las piezas clave de la narrativa de la muestra es “La noche”, una obra de Weatherford que revive el “color field” abstracto de Mark Rothko en la Nueva York de los años 40 y 50, pero de una manera totalmente diferente y rompedora, al incorporar una luz de neón que reinventa el concepto de pintura. “Esta obra es sobre una situación, un sentimiento, un tiempo”, explicó Weatherford durante la inauguración de la muestra. La artista estadounidense afirmó sentirse cómoda con el concepto de atemporalidad que destaca la exposición, ya que opina que actualmente “todo en el planeta está pasando simultáneamente”, por lo que, a su juicio, “la historia ya no es lineal, sino que todo sucede al mismo tiempo”.

Artistas versátiles:

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Las pinturas muestran, en muchos casos, la versatilidad de los artistas de la primera década de este siglo para reanimar a las grandes figuras de la historia del arte, desde un punto de vista totalmente innovador. “Los artistas utilizan lenguajes que reconocemos, normalmente de los últimos 150 años, pero de una forma muy diferente. No es apropiación, ni influencia, es algo muy particular para los pintores de los primeros años de los 2000”, explicó Hoptman. Por ejemplo, la artista alemana Michaela Eichwald canaliza el poder explosivo del expresionismo abstracto de Jackson Pollock pero incorpora nuevos materiales, como recortes de periódicos o sábanas, que producen un efecto anecdótico, pues aún siendo representaciones a gran escala parecen reproducir una escena local y no global. “Esto significa repensar de nuevo las obras de los grandes, creando pinturas que están relacionadas pero que no se parecen en nada a ellas”, insistió la comisaría.

Otra de las formas de aproximación a la temporalidad de los artistas seleccionados es la cohesión de diferentes motivos y estilos, tal y como hace el pintor más joven de la exposición, el colombiano Oscar Murillo. Murillo, con solo 28 años, cose trozos de lienzo pintados con motivos impresos en ambas superficies, creando un efecto de “auto-canibalismo” que sugiere un sistema intencionalmente cerrado y rechaza a los ojos del espectador las nociones de principio y final, material o producto. La exposición se podrá desde el domingo, 14 de diciembre, al 5 de abril en las galerías del MoMA en Nueva York. EFE_Anna Buj

 

IMAGEN:  Fotografías cedidas de la obra “Heavier than air (written form)” de Julie Mehretu y  “Abelmuth” de Joe Bradley que forman parte de la exposición “The Forever Now” del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA). EFE