El papel que la cultura y el arte visual han desempeñado en Irán durante los últimos 50 años llega al museo de Arte Moderno de París a través de una muestra que replica al “paternalismo colonial” con el que Occidente ha mirado siempre al país persa.

EFE

Expo Arte Irnaí- EFE- 16052014

La exposición “Unedited History, Iran 1960-2014” ofrece, a partir de cuadros, fotografías, películas, libros, cómics o carteles, “una nueva mirada sobre los episodios más importantes en la historia contemporánea” del país, relata uno de sus comisarios, el historiador Morad Montazami.

Según Montazami, la importancia de la muestra radica en que, por primera vez, se analiza la situación de Irán desde una perspectiva no oficial y a partir del trabajo de unas personas que han vivido día a día su realidad. Una serie de obras de arte que desmienten la imagen de país pasivo y adocenado que se ha vendido, un lugar en el que jamás tendrían cabida “la rebeldía, el arte ‘underground’ o las corrientes contraculturales”, explica.

“Es ridículo, no existe la sociedad sin arte, los hombres no pueden dejar de crear arte, a menos que estén en peligro de muerte inminente”, zanja.
Dividida en tres fases
El recorrido comienza en los años 60 y 70, cuando la cultura visual del país emerge gracias a la “identificación con el arte local, el que no viene de Occidente”, y a la atención mundial que se centró en Irán “durante la crisis del petróleo”, precisa Montazami. La segunda etapa corresponde al periodo comprendido entre 1979 y 1988, que coincidió con la revolución islámica y la guerra con Irak, episodios que cristalizaron en una serie de movimientos artísticos “sofocados por el nuevo régimen e ignorados hasta hace poco en el extranjero”, indica el comisario.

De aquellos años destaca el trabajo de artistas como el cineasta Kamran Shirdel, los fotógrafos Bahman Jalali y Rana Javadi, o las actividades reivindicativas del grupo estudiantil Groupe 57, cuyas obras integran hoy la exposición, abierta al público hasta el 24 de agosto. Culturalmente, la guerra contra Irak se dejó sentir, sobre todo, en la actividad fotográfica que un grupo de profesionales decidió llevar a cabo de manera clandestina, retratos que testimonian “la destrucción progresiva de varias ciudades” y que estuvieron ocultos durante décadas, abunda Montazami.

La rebeldía
La última parte reúne las distintas manifestaciones artísticas que desde 1989 se dan en Irán, protagonizadas por una generación de creadores que contó a su favor con la llegada del capitalismo al régimen islamista, pero que se vio mermada por el exilio de muchos jóvenes. Muchos de los que permanecieron optaron por formar parte del circuito oficial, afín al régimen islámico, por lo que las únicas novedades que llegaban procedían del exterior, se lamenta Montazami. “Unedited History” cierra el itinerario con algunos de los trabajos de esta última generación de artistas, los que no abandonaron el país pero tampoco se plegaron a las exigencias comerciales foráneas.

Esa “rebeldía”, explica el comisario, late a lo largo de toda la exposición y demuestra en cada pieza -muchas de las cuales se exponen en Francia por primera vez- que la sociedad iraní “jamás ha dejado de interrogarse por los cambios del mundo”. Los signos de esa “conciencia” pueblan “la arquitectura, el cine, la literatura, el cómic y las artes plásticas que se han elaborado en Irán durante las últimas décadas”, indica. Sin embargo, añade el historiador, esa pulsión reivindicativa no ha quedado registrada en la visión que el mundo guarda del país, porque “no obedece al cliché colonial a través del cual Occidente mira al resto del mundo”.

IMAGEN: Fotografía facilitada por el Museo de Arte Moderno de París de uno de los montajes del artista iraní Mitra Farahani (1975). La imagen, que integra una colección que gira en torno a la decapitación, fue creada en 2011 y forma de la exposición “Unedited History, Iran 1960-2014”, que actualmente acoge el Museo parisino. EFE