El Museo Británico recorre más de 4.000 años de historia y arte de Sicilia a través de esculturas griegas, mosaicos bizantinos y otras piezas procedentes de las diferentes civilizaciones que poblaron e invadieron la isla italiana.

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Escultura de la exposición sobre Sicilia en el Museo Británici

Desde el 21 de abril y hasta el 14 de agosto, unos 200 objetos procedentes de galerías del Reino Unido y de Italia ofrecen al público una visión del legado cultural que el pueblo griego, árabe y normando, y los imperios romano y bizantino dejaron en la ínsula más grande del Mediterráneo. Uno de los comisarios de la muestra “Sicily: culture and conquest” Dirk Booms ha señalado que se han centrado en los períodos griego y normando para mostrar al público la “historia desconocida” de la tierra donde se levanta el volcán Etna. “Queremos mostrar una Sicilia alejada de los estereotipos que la gente tiene hoy en día. La isla no es solo playas, limones, naranjas, sol y mafia. Es mucho más que eso”, apuntó. Los griegos, que llegaron a la isla junto con los fenicios entre los años 800 y 700 a.C., implantaron su arquitectura basada en templos de estilo jónico, dórico y corintio, y expandieron el uso de la moneda por ciudades como Siracusa, Agrigento y Gela.

Las obras de la exposición

El Museo Británico recupera para esta exposición una metopa (panel rectangular que preside el friso de un templo) de un santuario desconocido de Selinute (sur de la isla) de entre el año 560 y 550 a.C. que representa una escena mitológica con un grupo de carros. Las deidades griegas, como Hades, Poseidón, Dionisio y Afrodita, terminaron por fundirse y adaptarse en la escultura siciliana, que siguió los mismos patrones de simetría, idealización de la figura humana y poses frontales. El público podrá observar una columna de caliza en forma de mujer del año 300 a.C. que sujetaba la estructura de un teatro siciliano, figuras de terracota entre el 600 y 400 a.C. inspiradas en poemas de Homero como “La Odisea” y una atípica escultura de mármol de un soldado griego del 470 a.C. De la batalla, el Museo Británico, expone uno de los arietes de bronce originales que los romanos llevaban en sus navíos.

Los normandos en Sicilia

Siglos después, el pueblo normando (descendientes cristianos de los vikingos) desembarcaba en la costa siciliana para establecer su reinado entre 1061 y 1194 d.C., que dio lugar a un arte basado en la mezcla de diversas culturas e influencias. “Los normandos liderados por el rey Roger II de Sicilia se dieron cuenta de que había una gran población musulmana, griega y bizantina y, en lugar de marginar a estas personas, decidieron incorporar a esta gente en la sociedad y eso se ve también en el arte y arquitectura”, explicó Booms. La multiculturalidad normanda se encuentra en la exposición en los mosaicos y las pinturas del techo de la catedral de Cefalú (1130-1140 d.C), ya que, si bien los primeros son de inspiración bizantina, las segundas están basadas en técnicas del califato fatimí. Una de las curiosidades de esta revisión se encuentra en una tumba de mármol de 1149 hallada en Palermo, que tiene inscripciones en cuatro idiomas que se podían escuchar en tierra siciliana: judeoárabe, griego, latín y árabe. También se encuentran mosaicos que adornaban el palacio de Roger II, como uno que muestra a una Madonna con colores dorados y añiles realizada por manos bizantinas, y la pintura “Virgin and Child” (1460-1469) de Antonello de Messina. Rubén Serrano_EFE

IMAGEN: Busto pequeño de un templo en piedra caliza. EFE/ Archivo