El Museo Thyssen-Bornemisza invita al público a soñar a través de la primera gran exposición monográfica dedicada al universo del sueño como componente esencial, fuente y origen de la revolución surrealista. La muestra reúne 163 piezas, entre dibujos, pinturas, esculturas, fotografías y videos, que se podrán contemplar hasta el 12 de enero.

Canal Patrimonio

Expo Surrealismo Thyssen- EFE- 08102013
A los nombres de los grandes maestros surrealistas, como André Breton, Salvador Dalí, Paul Delvaux, Yves Tanguy, Joan Miró, René Magritte, Óscar Domínguez, Matta, Max Ernst, André Masson, Jean Arp o Man Ray, se unen autores menos conocidos como Karel Reige, Joseph Cornell o Jindrich Styrsky que sirven para montar una narración surrealista en la que las mujeres tienen un papel fundamental.

En una propuesta con la que se quiere compartir conocimiento y placer, en lugar de un itinerario cronológico, el comisario de la muestra, José Jiménez,  ha construido un recorrido en espiral, en el que el visitante articula las claves en torno a denominaciones  filosóficas. De forma individual, el público encuentra sus ecos y resonancias.

Tras una introducción sobre los que abrieron las vías de los sueños, Odilon Redon Henri Rousseau o Giorgio De Chirico, se inicia un trayecto “laberíntico y sinuoso lleno de pequeñas salas donde acechan sorpresas e incluso algún sobresalto que responde a la ideología surrealista. Se recupera el sentimiento de asombro en cada esquina”, comenta Guillermo Solana, director artístico del Thyssen.

Primicia mundial
El carácter de primicia del proyecto se debe a que nunca hasta ahora a nivel mundial se había tratado el sueño como protagonista de una exposición de este movimiento, lo que supone un hecho contradictorio ya que es elemento esencial del surrealismo. “Esto se debe principalmente a los obstáculos para hacerlo, pues es muy difícil discernir qué es sueño y qué no lo es en el mundo surrealista. No toda obra surrealista vale, sino que tienen que ser una representación plástica de materiales oníricos”, señala el comisario, que se ha planteado la exposición como “un gran rompecabezas donde todas las piezas encajan”.

Otra forma de ver el mundo
A ello se debe la diversidad de lenguajes y el número de obras que forman la muestra sobre “el primer movimiento artístico que podemos clasificar como multimedia. No hay límites de medios; importa lo que se expresa y no tanto el medio de hacerlo”. Según el comisario, la principal aportación de los surrealistas a la concepción artística del sueño es que deja de ser considerado un vacío, un agujero de la consciencia para ser entendido como la otra mitad de la vida, un plano de experiencia consciente cuyo conocimiento y liberación incide de manera especial en el enriquecimiento y ampliación del mundo interior, principal objetivo de los surrealistas. Otra de las características de la exposición es que alrededor del sesenta por ciento de las obras no se habían mostrado en nuestro país, recuerda el comisario, quien además aconseja enfrentarse a la exposición con la idea de que el surrealismo no es solo un movimiento artístico sino un cambio de sensibilidad que se fue incorporando a la vida cotidiana.

Otoño surrealista
La coincidencia en el tiempo de esta exposición con la que la Fundación March dedica a los precursores del surrealismo hace que este movimiento sea protagonista del otoño expositivo en Madrid. “Esta feliz coincidencia muestra el gran interés que despierta en estos momentos el surrealismo, que se desarrolló en una época de crisis social, política y cultural, como la que estamos viviendo ahora. La búsqueda de la libertad del surrealismo dice mucho a la sensibilidad de la gente de ahora que quiere refugiarse en los sueños”.

IMAGEN: El cuadro ‘L’Age du fer, realizado por Paul Delvaux, uno de los artistas presentes en la primera gran exposición monográfica dedicada al universo del sueño como componente esencial, fuente y origen de la revolución surrealista, que se puede disfrutar hasta enero en el Museo Thyssen-Bornemisza, de Madrid. EFE/Archivo