El Museo del Prado prorrogará la fecha de clausura prevista inicialmente para las exposiciones “Estampas japonesas” y la dedicada a “Mengs y Azara. Retrato de una amistad”, que se podrán contemplar hasta el 20 y el 27 de octubre, respectivamente.

Canal Patrimonio

Museo Prado- EFE- 24092013
A través de una selección de 26 estampas japonesas de los siglos XVIII y XIX, la exposición prorrogada hasta el 20 de octubre ofrece una muestra representativa de las diferentes técnicas y tipologías del arte japonés que atesoran las colecciones del Prado. El recorrido, ordenado cronológica y tipológicamente, comienza con las estampas más antiguas que posee el museo. La primera de ellas data de finales del siglo XVII y consiste en una escena impresa con tinta negra a partir de un solo taco de madera donde su autor, Torii Kiyonobu, muestra una escena de la obra de teatro Daifukucho Sankai Nagoya.

En el segundo grabado de la muestra, ya en 1760, Ishiwaka Toyonobu representa la escena de una buceadora recolectora de orejas de mar en una estampa impresa con dos tacos de madera estampados con tinta de dos colores (benizuri). El resto de los grabados de la exposición aparecen ya realizados mediante la técnica de múltiple impresión de tacos de madera a color (nishiki-e).

La incorporación a las colecciones del museo madrileño del “Retrato de José Nicolás de Azara”, uno de los mejores retratos de Mengs, es el origen de la segunda exposición mencionada, en la que se recrea la relación de amistad y colaboración artística del pintor y el retratado, que se podrá contemplar hasta el 27 de octubre.

La belleza encerrada
Además, hasta el 10 de noviembre, se podrá visitar la muestra “La belleza encerrada”, patrocinada por la Fundación BBVA, un recorrido en pequeño formato por la historia del arte que relata el museo y la excelencia de sus grandes artistas, desde finales del siglo XIV y principios del XV, desde Fra Angelico hasta Fortuny. Diecisiete espacios albergan 281 obras a través de un recorrido histórico-artístico que, por primera vez en la historia del museo, analiza los orígenes de las obras de pequeño formato y resume la colección del Prado más íntimo. La utilización de recursos expositivos diferentes a los habituales como ventanas, cámaras oscuras o el colgado de las obras, que están a la altura de los ojos del visitante, invitan al público a mirar las pinturas expuestas de manera diferente para contemplar en “privado” y en detalle este Prado.

IMAGEN: Vista de la entrada principal al Museo del Prado de Madrid. EFE/Archivo