El Museo del Prado “palía” sus lagunas con el arte medieval con su primera exposición dedicada a un pintor español del siglo XV, Bartolomé Bermejo, “una figura monumental poco conocida por el gran público, pero comparable con los grandes maestros internacionales del Quattrocento”, como Jan Van Eyck.

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Así lo ha constatado en rueda de prensa Joan Molina, comisario de esta muestra antológica que reúne 48 obras, incluidas todas las que llevó a cabo este artista nacido en Córdoba salvo una, llegadas de museos y colecciones de España, Europa y Estados Unidos. Entre ellas se encuentran “San Miguel triunfante sobre un demonio con Antoni Joan de Tous”, procedente de la National Gallery de Londres, y, sobre todo, “Piedad Desplà”, pieza estrella de la exposición, que nunca había abandonado la Catedral de Barcelona.

Podrá verse en el Prado junto al resto de imágenes a partir de hoy y hasta el 27 de enero y, con pequeñas variaciones, desde el 14 de febrero hasta el 19 de mayo en el Museu Nacional d’Art de Catalunya, coorganizador necesario, que ha prestado el contenido completo de la sala que lleva su nombre.

Una primera figura de la época marcado por sus problemas de identidad

Bartolomé de Cárdenas, apodado el Bermejo (hacia 1440-h. 1501) por el color de su cabello o por los brillantes rojos de sus pinturas, fue una primera figura en su época a pesar de las dificultades que conllevaban su carácter nómada y sus orígenes como judeoconverso en aquellos años (en 1492 se aprobó el edicto de Granada que conllevó la expulsión de España de los judíos). Son precisamente esos problemas vinculados a la cuestión de la identidad los que, pese a los más de 500 años transcurridos, hacen de esta una exposición actual en opinión de Miguel Falomir, director del Museo Nacional del Prado.    

En los ocho ámbitos en que está dividido el itinerario, los no versados descubrirán “a un genio del lenguaje pictórico capaz de trascender épocas por la combinación de su dominio de la entonces novedosa técnica del óleo y por una extraordinaria capacidad para innovar en la iconografía” al abordar temas tradicionales como los religiosos, ha destacado Molina.

Todo ello fue advertido por un grupo selecto de comitentes compuesto por grandes eclesiásticos, nobles y distinguidos mercaderes, así como por sus colegas de profesión, que a menudo imitaron sus composiciones, lo que no impidió que, a su muerte, su nombre y obra cayeran en el olvido hasta el siglo XIX, cuando se reavivó el interés por la pintura antigua.

La excepcionalidad de su producción se encuentra ya en obras tempranas como “Descenso de Cristo al Limbo” o “Cristo de la Piedad”, de 1470, en las que con unas gasas transparentes apenas cubre los genitales del reverenciado protagonista. Asimismo, se palpa su virtuosismo en los pliegues de los ropajes o en los reflejos de la armadura dorada del ya citado “San Miguel”, en el gusto por el lujo o la sofisticación que demuestra al abordar la cultura nazarí en “Arresto de santa Engracia”, así como en su capacidad para representar seres negativos.

Fascinación del ojo humano

“La fascinación del ojo humano fue un elemento constante en la pintura de Bermejo”, ha indicado el comisario ante la “Piedad Desplà” y el escenario de fondo que plantea como reflexión intelectual sobre la salvación. Ofrece allí “un espectáculo visual” que concita tantas especies distintas que parece un catálogo animal y de botánica, con una “Jerusalén celeste al amanecer” al fondo que se contrapone a una escena del diluvio (el pecado).

No es la única obra excepcional de la muestra, que incluye una pieza familiar para los madrileños como es la monumental “Santo Domingo de Silos entronizado”, de los fondos del Prado, o el “Tríptico de la Virgen de Montserrat”, traída desde Acqui Terme, en la provincia italiana de Alessandria. La antología contará con un breve epílogo fuera de nuestras fronteras, ya que tres de sus obras se expondrán en la National Gallery de Londres.

 

IMÁGENES: 1. Detalle de la obra “Piedad Desplá”, durante la presentación de la exposición. 2. Una joven fotografía la obra “La Virgen de la leche” durante la presentación de la exposición. 3. Una mujer observa varias obras durante la presentación de la exposición. EFE