Fuendetodos, el pueblo natal de uno de los genios de la pintura española, Francisco de Goya, continúa con la recuperación de su amplio patrimonio, en esta ocasión con su “iglesia hundida“, un templo del siglo XIII en el que se cree que están enterrados los antepasados maternos del pintor.
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Se trata de la iglesia de Nuestra Señora de los Villares, uno de los contadísimos ejemplos de arte románico al sur del río Ebro, conocida con el nombre de “iglesia hundida” después de que en el siglo XIX se desplomara la bóveda, y que quedó relegada a un segundo plano poco antes del nacimiento de Goya, en 1746, tras la construcción de un nuevo templo en el pueblo. En la “iglesia hundida” fue bautizada la madre de Goya en 1715, Gracia Lucientes, y en ella se espera hallar los enterramientos de sus antepasados maternos. Por el momento, el proyecto de recuperación del templo está en su fase preliminar, en la preparación y la documentación previas a las excavaciones.
Los trabajos los están realizando tres estudiantes taiwanesas de la National Taipei University of Technology de este país asiático, acompañados por el arqueólogo José Luis Ona y el arquitecto Javier Borobia, y con la colaboración del Ayuntamiento. José Luis Ona ha definido esta iglesia de la localidad natal de Goya como “una gran desconocida que corre el riesgo de desaparecer si no se actúa”.
Este templo fue el principal punto de encuentro religioso de la localidad hasta que en 1728 se inaugurara la nueva iglesia en el Barrio Alto, reconstruida esta última tras su destrucción parcial durante la guerra civil y en la que Goya realizó su primera obra, las puertas del relicario, de la que solo se conservan fotografías. De Nuestra Señora de los Villares únicamente perdura parte de la fachada principal y el campanario, aunque el resto formalmente no ha desaparecido, sino que, como su propio nombre indica, está hundido bajo una capa de escombros que alcanza los dos metros.
De templo a cantera local
Como ha ocurrido históricamente en la mayor parte del patrimonio abandonado, la iglesia fue víctima del pillaje y acabó convirtiéndose en cantera, hasta el punto en que se han encontrado sillares procedentes de la misma en edificios aledaños. Unos sillares grandes de piedra caracoleña, del mismo tipo que los que se utilizaron en Zaragoza, por ejemplo, para la construcción del Puente de Piedra sobre el Ebro. Por ahora, el objetivo del proyecto es levantar planos, descubrir toda la planta y hacer una memoria valorada porque, como indica el arquitecto Javier Borobia, “es una ruina”.
Incluso cree que el resultado de las excavaciones arqueológicas puede deparar “muy buenas sorpresas” en forma de hallazgos de materiales o pinturas que hubieran podido sobrevivir al pillaje, si bien reconoce que a esta ermita “le han dado por todos lados” en los dos últimos siglos. El abandono que la condenó a seguir existiendo como “ermita de segundo orden” durante los siglos XIX y XX no impidió que continuara conservando su capilla y los clásicos enterramientos que por aquel entonces se realizaban alrededor de los templos.
Familia de hidalgos
En este sentido, parte de los trabajos se centrarán en descubrir si también alberga enterramientos en forma de capillas mortuorias, que habrían utilizado las familias hidalgas, que solían contar con sus propias capillas para estos fines, confirma José Luis Ona. Esto incluiría a los antepasados del pintor, pues su familia materna, los Lucientes, era una de las principales familias de hidalgos de Fuendetodos. Lo que sí que es seguro, añade, es que Goya “la conoció entera”, por su conocida devoción cristiana, por el hecho de que su madre recibiera allí su bautismo y porque, a finales del XVIII, se acometen unas obras de reparación, lo que denota que aún estaba en uso en aquellos años.
Además, como anécdota, Ona reseña que esta “iglesia hundida” era el primer edificio que veían los que llegaban a la localidad por el camino que la unía con Zaragoza, donde el artista vivió los primeros años de su vida. El redescubrimiento de este monumento también puede suponer, prosigue, más allá de lo que implica la mera recuperación de patrimonio, “un atractivo interesante para los turistas”, que llegan a esta pequeña localidad aragonesa atraídos especialmente por la huella que dejó el pintor (su casa natal y el Museo del Grabado), pero también por los restos de su castillo medieval o por sus tradicionales “neverones“, construcciones en las que se conservaba la nieve caída en invierno para tener hielo en verano. EFE_Pablo Sebastián
IMAGEN: Fotografía facilitada por el arqueólogo José Luis Ona de la iglesia de los trabajos de restauración en Fuendetodos, localidad natal de Francisco de Goya, que continúa con la recuperación de su amplio patrimonio, en esta ocasión con su “iglesia hundida”, un templo del siglo XIII en el que se cree que están enterrados los antepasados maternos del pintor. EFE