La Unesco ha incorporado a su portal de Arqueoastronomía el yacimiento de Risco Caído y las montañas sagradas de Gran Canaria, lo que puede suponer el paso previo a su inclusión en la lista de patrimonio mundial y el primer sitio arqueológico canario en conseguir esta distinción.

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El enlace muestra con detalle la situación, historia y características de este yacimiento arqueológico de Artenara con material gráfico e ilustraciones que describen el entorno, para el que el Cabildo de Gran Canaria ya ha remitido al Gobierno Canario su propuesta para que la Unesco lo declare Patrimonio de la Humanidad. Ahora corresponde a la administración regional transmitir esta petición al Ministerio de Cultura con el objetivo de que éste la eleve a la Unesco.

La Unesco elogia en su página en internet a Risco Caído y su entorno como un ejemplo excepcional y único de conocimiento geológico, geotécnico, geométrico, astronómico y lumínico, y afirma que representa una obra maestra del genio y la creatividad humana en una situación de absoluto aislamiento. “Su diseño arquitectónico que incorpora a la vez funcionalidad religiosa y astronómica constituye un logro excepcional dentro de las manifestaciones de arte rupestre en islas”, señala.

A juicio de la Unesco, este complejo de sitios arqueológicos constituye un testimonio excepcional de una cultura antigua, ya desaparecida, pero que tuvo un elevado desarrollo de conocimiento astronómico, y que evolucionó dentro de su aislamiento en un periodo que se extendió por más de 1.500 años. Según explicó en 2013 el arqueólogo Julio Cuenca, que ha investigado la zona desde la década de los 90 del siglo XX, este yacimiento puede revelar un insospechado conocimiento astronómico por parte de los antiguos canarios ya que, además de marcar equinoccios y solsticios, en su interior la luz recrea imágenes relacionadas con la fecundidad.

Antiguo templo

El asentamiento de Risco Caído fue utilizado como templo y además de su orientación astronómica, la luz crea en su interior un relato mitológico de fecundidad del que no hay ejemplos similares a nivel mundial. Es como un proyector de imágenes de una cultura desaparecida, según el arqueólogo, pues lo largo de seis meses la luz crea en la pared de la cueva imágenes con forma fálica que se acercan a los grabados de las paredes, cubiertas de triángulos púbicos femeninos. Con el paso de los meses la proyección solar va cubriendo estos triángulos y según se aproxima el solsticio de verano y llega el otoño, las imágenes se transforman en una mujer embarazada y finalmente, en una semilla.

Es la primera vez que el arqueólogo ha encontrado algo parecido y en su opinión, esta cueva puede suponer un punto de inflexión respecto a las teorías que tienen por primitivos a los antiguos habitantes de las islas pues, por el contrario, apunta a unos conocimientos astronómicos “impresionantes”.
En la zona hay unas 21 cuevas que se habían usado para vivienda o para el ganado, y de ellas dos son muy extensas. Al entrar en las mayores Cuenca vio que las paredes estaban cubiertas de grabados en forma de triángulos púbicos femeninos y además, en una en concreto, una cúpula de unos 5 metros de altura “como nunca había visto”. La luz solar entra en la cueva a partir del equinoccio de primavera y es perceptible en su interior durante unas dos horas diarias desde marzo a septiembre, algo inusual en una construcción orientada astronómicamente.

IMAGEN:  La llegada del solsticio de verano revela el sentido astronómico que tenían muchos de los yacimientos aborígenes de Canarias, como el del Risco Caído. EFE/Archivo