El estudio de los restos óseos de una joven mixteca,  que vivió en el periodo Posclásico Tardío, ha podido revelar las enfermedades que padeció y cómo afectaron su vida cotidiana. Los resultados de este análisis se dan a conocer a través de la exposición Itandikaa Ndiko’o Flor de la eternidad, que puede verse en el Museo Histórico Regional de Ensenada, en Baja California.

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La antropóloga física Martha Alfaro Castro y un equipo de médicos del Hospital Civil de Oaxaca, de especialidades como genética, traumatología, radiología y odontología, realizaron un estudio interdisciplinario al esqueleto, que fue hallado en 2007 en la Mixteca Alta de Oaxaca.

Las diferentes fases del análisis, así como algunas de las principales patologías y alteraciones detectadas en los restos óseos, se presentan en la muestra compuesta por 37 fotografías y siete acuarelas creadas por el artista oaxaqueño Ernesto Arrona Santiago. Las piezas reflejan las actividades cotidianas en las que participó la joven y que pudieron acentuar sus lesiones óseas.

El entierro fue descubierto durante las excavaciones de salvamento realizadas en el tramo Tlaxiaco-Itundujía por los arqueólogos Emmanuel Posselt Santoyo y Liliana Ivette Jiménez Osorio, en el sitio arqueológico La Laguna, en la región de la Mixteca Alta de Oaxaca.  Posteriormente, los materiales arqueológicos fueron trasladados al laboratorio de Osteología del Centro INAH Oaxaca, donde la antropóloga Alfaro Castro realizó el análisis de los restos.

“La joven padecía un síndrome genético-esquelético conocido como Klippel Feil, que provoca generalmente una asimetría facial y la fusión de algunas vértebras cervicales, con el consecuente acortamiento del cuello y la limitación de movilidad en dicha región anatómica. Presentaba también una alteración en las escápulas, que se conoce como deformación de Sprengel, responsable de la asimetría de los hombros que daba a la mujer la apariencia de tener un hombro más elevado que otro”, detalló la investigadora del Centro INAH Baja California.

El día a día de la joven prehispánica

ACUARELA. ERNESTO ARRONA. FOTO INAH.
La evidencia osteológica, el contexto arqueológico y las fuentes etnohistóricas señalan que la mujer pertenecía probablemente a un estrato social bajo y que, a pesar de los problemas de salud relacionados con el síndrome genético y algunas alteraciones  metabólicas que padecía, tenía una vida activa y realizaba trabajos intensos desde una edad muy temprana.

“Parece que cargaba objetos pesados en la espalda con ayuda de una banda de mecapal. También pasaba mucho tiempo en cuclillas o arrodillada durante la realización de actividades como el desgrane de mazorcas, la molienda o el amasado de barro para fabricación de cerámica, lo que ocasionó algunas modificaciones en huesos de la región de la rodilla y los pies”, explicó la especialista.

Itandikaa Ndiko’o Flor de la eternidad podrá verse en el Museo Histórico Regional de Ensenada, hasta enero de 2014; el recinto se  ubica en avenida Gastélum s/n, Ensenada, Baja California, en  horario de martes a domingo, de 9:00 a 17:00 horas. La entrada es libre.

IMÁGENES: Acuarela y fotografía que pueden verse en la exposición “Itandikaa Ndiko`o Flor de la eternidad”_ INAH