“Renoir: intimidad” es el título de la nueva exposición del Museo Thyseen-Bornemisza, que abrirá sus puertas al público el 18 de octubre. Comisariada por el director artístico del Museo, Guillermo Solana, la muestra constituye la primera retrospectiva en España en torno a la figura del pintor impresionista Pierre-Auguste Renoir.

Canal Patrimonio

Niño con Manzana

El cineasta Jean Renoir escribió que su padre “miraba las flores, las mujeres, las nubes del cielo como otros hombres tocan y acarician”. Frente a la concepción habitual que reduce el impresionismo a la “pura visualidad”, la exposición del Thyssen destacará el papel central que ocupan las sensaciones táctiles en los lienzos del pintor francés,  que pueden percibirse en las distintas etapas de su trayectoria y en una amplia variedad de géneros, tanto en escenas de grupo, retratos y desnudos como en naturalezas muertas y paisajes.

Comisariada por Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen-Bornemisza, la exposición cuenta con el mecenazgo de Japan Tobacco International (JTI) y presenta un recorrido por 77 obras del artista francés, procedentes de museos y colecciones de todo el mundo como el Musée Marmottan Monet de París, el Art Institute de Chicago, el Museo Pushkin de Moscú, el J. Paul Getty de Los Ángeles, la National Gallery de Londres o el Metropolitan de Nueva York.

Renoir: intimidad permite descubrir cómo Renoir se servía de las sugerencias táctiles de volumen, materia o texturas como vehículo para plasmar la intimidad en sus diversas formas –amistosa, familiar o erótica–, y cómo ese imaginario vincula obra y espectador con la sensualidad de la pincelada y la superficie pictórica.

Ninfa junto a un arroyo

Tacto e intimidad

Mientras en los retratos de grupo de Manet o Degas, por ejemplo, los protagonistas mantienen la distancia entre ellos y con el espectador, Renoir dota a sus figuras de una cercanía tangible. En sus escenas con dos o más personajes, es habitual que estos participen en un juego de alternancia entre el contacto visual y el contacto físico, parejas de hermanos o de madres e hijos en las que uno de ellos mira al otro y este le corresponde tocándole con la mano.

En ocasiones, esos intercambios se establecen en torno a una actividad común, como la lectura de un libro. En el caso de los retratos individuales, Renoir aspira a ofrecer al espectador algo semejante al contacto físico aproximándose todo lo posible. Si Degas rodea a sus modelos de un decorado y unos atributos que hablan por ellos, Renoir tiende a ajustar el encuadre, suprimiendo el entorno para concentrar la mirada en el rostro.

El almuerzo de los remeros

Otros detalles en los cuadros de Renoir que aluden a sensaciones palpables son las cabelleras con las que juegan y se enredan las manos, los perros en brazos de figuras femeninas, los paños o toallas que cubren el pecho o envuelven los muslos, una labor de costura, unas madejas de lana o la espesura de un jardín.

Renoir: intimidad está organizada siguiendo un recorrido temático, en torno a cinco apartados: impresionismo, retratos, paisajes, escenas familiares y domesticas, y bañistas. Tras su paso por el museo madrileño, donde podrá verse hasta el 22 de enero de 2017, la muestra se exhibirá en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, entre el 7 de febrero y el 15 de mayo de 2017.

IMÁGENES: Fotografías facilitadas por el Museo Thyssen-Bornemisza de algunas de las obras de Renoir que podrán verse en la exposición monográfica dedicada al pintor frances: Niño con manzana (1895-96), Ninfa junto a un arroyo (1869-1870), El almuerzo de los remeros (1975)