España es uno de los países de Europa con uno de los mayores conjuntos a nivel global de todo tipo de estructuras defensivas, tanto temporales como dirigidas por ingenieros, en distintos niveles y tipologías, según el profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Juan Pereira.

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Pereira, que ha coordinado el Congreso Arqueología de los Campos de Batalla que se clausuró el sábado en La Granja (Segovia), ha añadido que alguna de las ponencias ha puesto de relieve que España cuenta con un panorama muy variado y muy rico en trincheras, “conservándose miles de kilómetros”.    

El también coordinador y arqueólogo ha explicado que en cuanto a la investigación en este área hay autonomías donde el interés y los proyectos están más desarrolladas y otras en los que está empezando a despegar en cuanto a conservación y difusión.    

El congreso, en el que participan expertos en historia y arqueología de universidades españolas, se ha concluido que hay varios aspectos fundamentales para conseguir una mayor difusión por parte de la sociedad de la arqueología de la guerra civil, como es la información, “hacer más pedagogía”, apunta Pereira.    

El arqueólogo ha sostenido que una mayor sensibilización “nos lleva a una mejor coordinación entre administraciones, lo que nos dará un mejor nivel de gestión y disfrute del patrimonio”.    

Por su parte el historiador y profesor de la Universidad Carlos III, Eduardo Juárez, que también ha coordinado el congreso, ha incidido en que las sesiones han abordado la consideración de los campos de batalla como espacios arqueológicos de primer orden.    

Ha destacado que, aunque estaba abierto a comunicaciones de campos de batalla de lugares como Numancia, Alarcos o las guerras Napoleónicas, el 80% estaba vinculado a la Guerra Civil española.    

Juárez ha referido que “la tendencia actual de los campos de batalla es estudiar los de la Guerra Civil, pero no se habla de memoria, sino que desde el punto de vista arqueológico y técnico es uno más, no un lugar para politizar, abrir o cerrar heridas”. Tras insistir en que es saludable que la arqueología haya abierto los brazos a los campos de batalla de la Guerra Civil española, como uno más, ha destacado ponencias técnicas en cuanto a sistemas de investigación. Ha dicho que, en la actualidad, una persona con un dron graba la zona y puede hacer la prospección en laboratorio con una intrusión mínima en el territorio, cuando antes estaban en una excavación unas treinta personas.    

Sobre la protección arqueológica, Pereira y Juárez han abogado porque la Administración promueva la actividad, para proteger el patrimonio y difundirlo. Pereira ha puesto como ejemplo la figura de protección aprobada por el Gobierno vasco para el cinturón de hierro que rodea Bilbao, unos 60 kilómetros de distintos tipos de fortificaciones”.

 

IMAGEN: Los coordinadores del Congreso de Arqueología de los Campos de Batalla que se celebró este fin de semana en La Granja (Segovia), Juan Pereira (i), de la Universidad Complutense de Madrid, y Eduardo Juárez (d), de la Universidad Carslos III. EFE