El ministro egipcio de Antigüedades Mamduh al Damati ha anunciado hoy que los estudios con radar efectuados por un equipo japonés han revelado la existencia de “dos huecos o cámaras” ocultos detrás de los muros de la tumba del faraón Tutakamón, en la ciudad monumental de Luxor.

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Vista de una réplica del sarcófago de Tutankamón

A pesar de que el departamento de Antigüedades está seguro al 90% de esta hipótesis, aun son necesarios más escáneres y análisis, que se realizarán a finales de este mes. El ministro apuntó que esos espacios podrían ser tanto “cámaras como corredores” y que también se ha detectado material orgánico y metálico. El experto japonés Hirohatsu Watanabe, director de este estudio, reveló que seguramente “hay algo” detrás de los muros norte y oeste de la cámara funeraria del llamado “faraón niño”.

Tutankamón murió joven, tras un breve reinado entre 1332 y 1323 a.C. aproximadamente, pero fue el descubrimiento de los tesoros intactos de su tumba lo que hizo que se desatara una fiebre por la egiptología.

Hipótesis sobre las cámaras ocultas

Detrás del muro norte, se ha detectado un hueco o nicho que, según el análisis con rayos infrarrojos realizado a finales del pasado mes de noviembre en el sepulcro de Tutankamón, podría tener hasta 1,5 metros de diámetro y 2 metros de profundidad. El escaneado también reveló que en la pared norte existe un hueco, quizás una puerta de acceso a la cámara oculta, que fue cubierto con material más ligero que el resto de las paredes hechas de piedra maciza.

Estos hallazgos podrían confirmar la hipótesis del arqueólogo británico Nicholas Reeves, quien defiende que existe una cámara oculta en el sepulcro de Tutankamón, que podría corresponderse con la última morada de la reina Nefertiti (madrastra de Tutankamón). Otras teorías apuntan a que puede albergar la momia de la reina Meritatón (hija y mujer de Akenatón, padre de Tutankamón) o incluso la de la madre del “faraón niño“, Kiya. EFE

IMAGEN 1: Vista de una réplica del sarcófago de Tutankamón, durante la inauguración de la exposición “Tutankamón – Su tumba y sus tesoros”, en Nuremberg (Alemania). EFE/Archivo