Uno de los huevos de Pascua del joyero ruso Carl Fabergé, adquirido por un chatarrero estadounidense en un mercadillo de antigüedades y valorado en 20,8 millones de euros, se expondrá al público este abril en Londres por primera vez desde 1902.

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Desde la casa londinense Wartski, especialistas en el legado de Fabergé, han confirmado que la pieza, labrada en oro y decorada con diamantes y zafiros, se exhibirá del 14 al 17 de abril en su sede, antes de volver a las manos de su nuevo propietario, que se lo compró al chatarrero. La historia de este huevo imperial de Pascua, diseñado por Fabergé para que el zar Alejandro III se lo regalara a la zarina Maria Feodorovna en 1887, es tan curiosa que Wartski ha decidido hacerla pública, indicó el director, Kieran McCarthy.

El chatarrero compró la pieza para fundirla:

Según explicó, el chatarrero estadounidense, actualmente millonario y que no ha sido identificado, compró el huevo en un mercadillo de objetos de segunda mano en un pueblo del Midwest de Estados Unidos por el equivalente a unos 9.500 euros, con la intención de sacarse un buen dinero con la fundición del metal. Sin embargo, nadie le compró la pieza, al pensar que estaba sobrevalorada, y el chatarrero no quiso desprenderse de ella por menos de lo que había pagado, por lo que la dejó durante años en su casa, mientras pensaba qué hacer con ella.

Un artículo en un periódico, le descubre el valor del “huevo”:

Desesperado al no poder amortizar su inversión, un día de 2012 buscó en Google “huevo” y “Vacheron Constantin”, el nombre del reloj que hay en el interior, y apareció un artículo del diario británico The Daily Telegraph en el que el propio McCarthy hablaba del valor que tenían estas piezas de joyería. Tras varias noches sin dormir, el hombre voló a Londres para enseñarle fotos del huevo a McCarthy, quien se desplazó a su vez al pueblo rural del chatarrero, donde le confirmó que tenía en su poder una obra maestra valorada en 20 millones de libras. McCarthy explicó al Telegraph que el señor “casi se desmaya” cuando se percató del valor de su posesión y marcó en un taburete el nombre y la fecha de la visita del experto londinense para acordarse siempre del día en que le cambió la vida.

“Es un descubrimiento increíble”, declaró McCarthy, quien señala que los huevos de Fabergé, que diseñó 50 para la Casa Real rusa, “son el objetivo de todos los marchantes y entusiastas de las antigüedades. Tal vez este nunca sea visto de nuevo”, dijo. Según la casa londinense, será la primera vez que este huevo imperial, de 8,2 centímetros de altura, se expondrá en público desde que figuró en una exposición de Tesoros Imperiales en San Peterburgo en 1902.

Posteriormente, fue confiscado por los bolcheviques durante la Revolución Rusa y se tienen registros de que apareció en una subasta en Nueva York en 1964, cuando, sin conocerse su origen, fue comprado por una estadounidense por 1.000 euros. Se cree que tras la muerte de ella acabó en el mercadillo. Wartski ha comprado el huevo al chatarrero en nombre de un coleccionista privado, su actual propietario, quien ha permitido que la pieza se exponga durante unos días antes de volver a sacarla, tal vez para siempre, del escaparate público.

IMAGEN:  Combo de fotografías facilitadas por la casa londinense Wartski de uno de los huevos de Pascua del joyero ruso Carl Fabergé, adquirido por un chatarrero estadounidense en un mercadillo. EFE