El Cabildo de la Catedral ha presentado hoy las tres obras restauradas: un Pantocrátor del siglo XIV, un retablo procedente de la localidad de Frumales, datado en el siglo XVI y un lienzo de la Caridad Romana, del siglo XVII.
Canal Patrimonio
El Deán de la Catedral, Ángel García Rivilla, ha sido el encargado de presentar las obras, en una rueda de prensa, en la que ha estado acompañado por los restauradores encargados de los trabajos, Paloma Sánchez y Graziano Panzieri.
Destacaba Ángel García el empeño que desde hace años dedica el Cabildo a recuperar el patrimonio artístico, histórico y religioso de la seo, sirviéndose para ello de la autofinanciación, a través de la venta de entradas y las visitas al templo.
Tanto los medios de comunicación como los asistentes a la presentación han podido ver las tres obras colocadas en diferentes puntos de la Catedral y desde ahí se ha ido explicando cada una de ellas.
Pantocrátor
Reubicado en la entrada de acceso a la Capilla del Santísimo, frente al Calvario del s.XIII, el Pantocrátor es una escultura, realizada en madera policromada entre los siglos XIII y XIV. Tal y como han apuntado los restauradores, la obra fue repolicromada en el S. XVI. En la actualidad, gracias a las catas efectuadas en una intervención anterior, es posible apreciar ambas policromías, la original y la realizada en el XVI. Los últimos trabajos de restauración además de respetar esta doble policromía han consolidado los estratos pictóricos y han reintegrado las lagunas de color para realzar el significado de este Pantocrátor, tan representativo del arte bizantino y del románico, que une al Todopoderoso, Padre e Hijo, es decir, Creador y Redentor.
Retablo de Frumales
La restauración de este retablo constituye un ejemplo de recuperación del patrimonio, debido a las importantes pérdidas que presentaba tanto en las pinturas, como en la mazonería o el dorado. La pieza se mandó realizar como retablo para el altar de una pequeña capilla en Frumales y, posteriormente, en el año 1960, el cabildo de la catedral lo adquirió por 50.000 pesetas.
El proceso de restauración se ha desarrollado en distintas fases orientadas a dotarlo de estabilidad y a recuperar las partes de soporte perdidas con el tiempo y la película pictórica. Pese a su reducido tamaño, en el retablo, destacan ocho pinturas que, como ha explicado el Deán, escenifican a San Pedro, el Calvario y San Pablo; tres santas mártires, Santa Lucía, Santa Águeda y Santa Apolonia y completan el conjunto el Abrazo en la Puerta Dorada entre San Joaquín y Santa Ana y la Purificación de la Virgen.
Lienzo de la Caridad Romana
Reubicado en las escaleras de acceso a la Sala de Tapices y Ornamentos Litúrgicos, una de las cuatro salas de exposiciones en la zona del claustra, la Caridad Romana es una pintura fascinante que llama la atención por el tema que representa, unido estrechamente al concepto de piedad de la religión católica.
La obra, de autor desconocido, guarda un gran parecido con la Caridad Romana del pintor alemán Johann Carl Loth. Los trabajos de restauración, en este caso, han ido encaminados a asentar la película pictórica, eliminar deformaciones del soporte textil, colocar bandas de tensión perimetrales para montar el lienzo en un nuevo bastidor y restaurar el marco.
Sala de Santa Catalina
La presentación de las obras ha finalizado con la visita a la Sala de Santa Catalina, antiguo Museo Catedralicio, que ahora se encuentra en pleno proceso de reforma para convertirse en Sala de Objetos Litúrgicos. Allí, los asistentes han podido observar el resultado de las obras realizadas recientemente en las que se sustituyó el revestimiento del mortero del muro este, además de limpiar y revisar el resto de paramentos y la bóveda. El recorrido ha servido también para explicar los avances en la restauración del sepulcro del Infante Don Pedro, hijo de Enrique II, que se ubica en el centro de esta antigua capilla y que es parte importante de la historia de Segovia y de España.