El arqueólogo estadounidense Brent Woodfill ha localizado un centro industrial de la época preclásica en Guatemala donde su producían hasta 24.000 toneladas de sal al año. El hallazgo ha tenido lugar en Salinas de los Nueve Cerros, una de las ciudades más antiguas de la civilización maya.

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Arqueologoa Brent Woodfill- EFE- 30092013
El experto explica que el geógrafo alemán Karl Sapper  fue quien visitó por primera vez este yacimiento a finales del siglo XIX. Tras una breve investigación regresó a su país con parte de una escultura, que en la actualidad se exhibe en el Museo de Dahlem de Berlín. Posteriormente, en 1975, el arqueólogo estadounidense Brian Dillon fue el segundo que estuvo en el lugar y fue quien en 1990 cavó una serie de los grandes tanques de almacenamiento de sal en la región.

Años más tarde, en 2009, Woodfill comenzó sus investigaciones sobre este sitio, en la Franja Transversal del Norte, en el departamento de Alta Verapaz, a unos 220 kilómetros de esta capital, en un valle de 30 kilómetros cuadrados bañado por las aguas del río Chixoy. El experto ha explicado que, según las evidencias que durante estos cuatro años ha encontrado el equipo de 20 arqueólogos estadounidenses y guatemaltecos, los mayas de esa época tuvieron la capacidad de producir hasta 24.000 toneladas de sal cada año.

Procedimiento artesanal
La producción se hacía mediante un procedimiento artesanal, es decir, hirviendo el agua de un río salado, que fluye desde un domo de que está en el centro del lugar. Los antiguos mayas usaban vasijas en forma de copa que reducían la salmuera, lo vertían en moldes grandes y planas para hacer los bloques de sal, almacenados en enormes vasos enterrados por toda la ciudad de la zona industrial. Woodfill, el director del proyecto, explica que el producto era trasladado para su comercio hacia las tierras bajas de los departamentos de Petén y Alta Verapaz (norte), y Chiapas (México), a través de los ríos Chixoy y Usumacinta.

Según el experto de la Universidad de Luisiana, el hallazgo más impresionante del sitio ha sido una plataforma artificial de 200 metros de ancho por hasta 100 de largo y 13 de profundidad, donde se producía la sal. También hay dos canchas de juego de pelota maya, tres pirámides de ocho metros de altura, montículos de tierra y algunos palacios pequeños, pero la mayoría son de piedras, detalla. El experto cree que debajo de los montículos de tierra podrían haber edificios enterrados.

Restos Centro Salino Mayas- EFE- 30092013
Dedicados al comercio
Salinas de los Nueve Cerros data del periodo preclásico mediano temprano (1000 a 800 años a.C.) y durante el clásico (600 a 900 d.C.) expandió su economía no sólo basada en la sal sino en la agricultura y la exportación de navajas de obsidiana, comenta. También, señala, han encontrado referencias de que importaban piedras de las tierras altas y el talle jade, así como cacao silvestre.  Woodfill destaca que, cuando colapsaron los centros contemporáneos como Tikal, Ceibal, Dos Pilas, Cancuen y Tonia, Salinas de los Nueve Cerros aprovechó el florecimiento posclásico para exportar su producto a las ciudades nuevas del sur. “La ciudad sobrevivió hasta alrededor del año 1.200 d.C. y, aún después de su colapso, fue un recurso importante para varios grupos de mayas hasta que los españoles conquistaron la región y se apoderaron de la fuente de sal a finales del Siglo XVII”, señala el especialista.

IMÁGENES: El arqueólogo estadounidense Brent Woodfill durante una rueda de prensa, en Ciudad de Guatemala, donde informó del hallazgo de un centro industrial de la época preclásica en Guatemala. Debajo, fotografía cedida por el Proyecto Salinas de los Nueve Cerros, de una vasija de fecha alrededor de 700 d.c. encontrado en un grupo élite de Nueve Cerros que muestra relaciones fuertes con el Altiplano siglos antes del colapso de la época Clásica, en el departamento de Alta Verapaz, a unos 220 kilómetros de Ciudad de Guatemala. EFE