Canis simensis, el lobo etíope, es una de las especies más raras y amenazadas del mundo. Vive en las tierras altas de Etiopía desde hace más de 1,5 millones de años y así lo demuestra el fósil recuperado en el yacimiento de Melka Wakena.

 

Un estudio coordinado por Bienvenido Martínez-Navarro, investigador ICREA en el IPHES-CERCA con la colaboración de otros expertos tanto españoles, como de Israel, Italia, Etiopía y Estados Unidos, ha presentado en la prestigiosa revista Communications Biology, el único fósil conocido hasta ahora del lobo etíope, Canis simensis, recuperado en el yacimiento de Melka Wakena, en las tierras altas de Etiopía.

El fósil, de más de 1,5 millones de años, retrocede en el tiempo la presencia de esta especie endémica de cánido y, al mismo tiempo, proporciona datos muy relevantes para desarrollar programas de recuperación y conservación de una de las especies más raras y amenazadas del mundo.

 

El lobo etíope, en peligro de extinción

Con una población total de 500 individuos (de los cuales sólo 200 son adultos reproductores) distribuidos en pequeñas comunidades en las montañas más altas de Etiopía, a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, sus posibilidades de supervivencia son mínimas.

El hábitat característico de esta especie es el prado de tipo afro-alpino. Se alimenta casi exclusivamente de roedores, entre los que destacan las ratas-topo gigantes (Tachyoryctes microcephalus), que constituyen cerca del 40% de los alimentos que ingieren. Complementan su dieta con liebres y carroña y, en muy contadas ocasiones, algunos individuos cooperan para cazar a antílopes y pequeñas cabras u ovejas domésticas.

 

 

Mucho más antiguo de lo que se pensaba

Hasta ahora se había considerado que esta especie había llegado a las tierras altas de Etiopía hace menos de 100.000 años y que había quedado relegado a este tipo de hábitat. Pero en 2017 se produjo un descubrimiento paleontológico excepcional que ha permitido a los investigadores retroceder en el tiempo la presencia del Canis simensis en las montañas de Etiopía.

Los trabajos de excavación en el yacimiento arqueológico de Melka Wakena dirigidos por Erella Hovers y Tegenu Gossa, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, pusieron al descubierto un fósil correspondiente a una mandíbula inferior derecha de Canis simensis. El ejemplar se identificó como perteneciente al lobo etíope y es el único fósil hallado hasta ahora. Fue recuperado de una serie estratigráfica bien datada, y su colocación dentro de esa secuencia sugiere que tiene una antigüedad de 1,5 millones de años. Este hallazgo proporciona pruebas indiscutibles de la presencia temprana de la especie en África.

Asimismo, este hallazgo también es significativo para la investigación sobre la evolución humana en África. El valle del Rift ha proporcionado la mayor parte de los fósiles importantes relacionados con los orígenes humanos y su entorno ecológico. La recuperación del fósil de Melka Wakena y la identificación de la existencia endémica de esta especie de lobo a largo plazo en las tierras altas de Etiopía hace hincapié en la importancia de ésta y de otras regiones fuera del Rift, en el conocimiento de nuestros antepasados, su evolución y su dispersión fuera de África.

 

IMÁGENES: Detalle de la mandíbula facilitada por IPHES-Cerca. 

Tegenu Gossa, Erella Hovers i Bienvenido Martínez-Navarro en el laboratorio de la Ethiopian Heritage Authority, con la mandíbula de Canis simensis de Melka Wakena (MW5-B208).