Durante el mes de marzo de 2014, investigadores de la Universidad de Salamanca han efectuado varias exploraciones en el viejo templo catedralicio salmantino y en el recinto claustral en búsqueda de pinturas murales. Empleando una novedosa tecnología  basada en el uso de varias cámaras endoscópicas – micro-cámaras, de 7 mm de lupa y 1 m de longitud – han podido llegar a compartimentos estancos y de difícil acceso sin perjuicio para el patrimonio y han logrado descubrir un conjunto de pinturas murales inéditas.

Canal Patrimonio_Antonio Á Ledesma

Acceso a la capilla de Sta. Bárbara desde el claustro. Autro: Antonio Á Ledesma (Universidad de Salamanca). Ilmo. Cabildo Catedral de Salamanca
Acceso a la capilla de Sta. Bárbara desde el claustro. Autor: Antonio Á Ledesma (Universidad de Salamanca). Ilmo. Cabildo Catedral de Salamanca

Las pinturas murales inéditas se han detectado en el arco en el que se integra el retablo de la Capilla de Santa Bárbara, estancia localizada en la panda este del claustro catedralicio.

Fundada en 1334 por el obispo Juan Lucero, esta capilla se erige desde los orígenes con fines funerarios, si bien con el paso del tiempo adquirirá nuevas funciones al vincularse de manera estrecha con la Universidad.
En el lienzo oriental de la Capilla se sitúa el actual retablo del siglo XVI, que presumiblemente sustituye a otro anterior, que ciega el gran arco apuntado en el que han aparecido las muestras pictóricas.

En rojo, la superficie en la que se han hallado las pinturas © Antonio Á. Ledesma (Uni. de Salamanca). Ilmo. Cabildo Catedral de Salamanca
En rojo, la superficie en la que se han hallado las pinturas
© Antonio Á. Ledesma (Uni. de Salamanca). Ilmo. Cabildo Catedral de Salamanca

Fresco con retoques en seco:

Realizadas con la técnica al fresco y con retoques en seco, la decoración se organiza a través de una cenefa de color rojo que recorre el muro. Esta banda se ornamenta por medio de una línea, a veces ondulante a veces en zigzag, con motivos perlados; siendo elaborados en ambos casos en dorado. Inmediata a la franja se halla una inscripción, ejecutada en negro sobre fondo áureo, compuesta por al menos tres líneas de las que apenas se han logrado vislumbrar algunas letras. La presencia de una cruz en un extremo delata una posible función funeraria para la inscripción, a modo de epitafio, si bien se trata solo de una hipótesis.

Diferentes imágenes de las pinturas halladas. © Antonio Á. Ledesma (Uni. de Salamanca)
Diferentes imágenes de las pinturas halladas. © Antonio Á. Ledesma (Uni. de Salamanca)

Asimismo, en una área próxima se localiza una figura femenina tocada y de largo cuello, perfilada a base de líneas negras y rellena con amarillo dorado, junto a otras representaciones de difícil identificación. La interpretación de esta imagen dentro de un ámbito funerario y sin poder conocer el resto de figuras complementarias, así como por la calidad de las tomas, impide poder precisar más en su naturaleza. De lo que no cabe duda es que ocupa, junto a las otras muestras halladas, un lugar de gran significación en la Capilla al instalarse en el arco principal localizado en el eje axial.

Cronología aproximada: tercer cuarto del s. XIV:

Diferentes imágenes de las pinturas halladas. © Antonio Á. Ledesma (Uni. de Salamanca)
Diferentes imágenes de las pinturas halladas. © Antonio Á. Ledesma (Uni. de Salamanca)

A partir de la fecha en que se funda la Capilla y de su organización arquitectónica, estas pinturas podrían datar aproximadamente del tercer cuarto del siglo XIV. Según los restos conservados, establecer paralelismos con otras pinturas del conjunto catedralicio resultaría un ejercicio excesivamente arriesgado.

Por la disposición del retablo, apenas unos centímetros distan del intradós del arco en los costados, resulta difícil concretar si la decoración se limita de manera exclusiva al área que permite alcanzar la cámara o abarca más zonas del paramento. Por la misma coyuntura, tampoco resulta factible determinar sus dimensiones.

Después del agresivo proceso que se llevó a cabo a principios del siglo XX sobre la pintura mural que decoraba las capillas claustrales, como así está documentado, esta sencilla muestra pictórica sería la más antigua que se conserva. El estado de conservación que presenta, a pesar de la limitada información de la que se dispone, parece aceptable y si bien se evidencian algunas pérdidas materiales, así como posibles eflorescencias, no se constatan ataques biológicos.

Por último, cabe advertir que se ha efectuado idéntico sistema de exploración sobre el retablo mayor de la antigua Catedral y también sobre diferentes puntos de la parroquia de San Martín (Salamanca). Los resultados aparecerán publicados en la tesis doctoral dentro de la que se enmarca la presente investigación.

ARTÍCULO E IMÁGENES: Esta actividad ha sido desarrollada por Antonio Á. Ledesma (investigador predoctoral del Área de Hª. del Arte de la Universidad de Salamanca, bajo la dirección académica del Dr. M. Pérez Hernández), con la participación de la restauradora A.C. Salinas y la colaboración del Ilmo. Cabildo Catedral de Salamanca.