Todos hemos oído hablar de Van Gogh y de su oreja, pero ¿qué historia hay detrás de uno de los episodios más conocidos en el mundo del arte?  

Escribe – Cristina Párbole

Ilustra – Daniel Rodríguez

Empecemos por conocer algunos aspectos de la personalidad de Vincent Van Gogh. Según los estudiosos en el historial del artista aparecen trastornos depresivos, episodios esquizofrénicos, alucinaciones auditivas y visuales, sufría saturnismo por la constante exposición al plomo que contenían las pinturas con las que trabajaba e ideas suicidas. Así se describía el propio Van Gogh: “Mucha gente considera que tengo un carácter desagradable. A menudo me siento terriblemente melancólico, irritable, hambriento de simpatía, y cuando no la consigo, trato de actuar con indiferencia y de hablar con rudez. No me gusta tener compañía y frecuentemente es doloroso y difícil para mí mezclarme con las gentes y hablar con ellas”. 

Las cartas que se intercambiaba con su querido hermano, Theo, son buena muestra de sus trastornos. Así expresa sus sentimientos en una de las misivas que le envío a Theo en junio de 1882: “Qué soy yo a los ojos de la gente ¿Un nadie o una rareza o una persona desagradable, alguien que no tiene y no tendrá una posición en la sociedad?, en resumen, estoy un poco más bajo que lo más bajo. Muy bien, suponiendo que todo es realmente así, entonces a través de mi trabajo me gustaría mostrar lo que hay en el corazón de un raro, ¿de un don nadie? Y, efectivamente, a través de su trabajo mostró su personalidad. Buena muestra de ello son sus paisajes, donde buscaba la soledad y el contacto con la naturaleza. En su obra “Campo de trigo al atardecer” dominan los ocres y amarillos con su habitual técnica de pinceladas gruesas y espesas. Colores vivos que se oponen a los utilizados en su archiconocida obra “La noche estrellada”, cuadro que realizó en la etapa final de su vida, recluido en el sanatorio de Saint- Remy cuando las alucinaciones se habían apoderado de él y que muestra el torbellino de emociones que vivía en el interior del artista. 

Bien reflejado queda su carácter en la película de Vicente Minnelli protagonizada por Kirk Douglas que lleva por título “Lust for life”, traducido como El loco del pelo rojo (1956). Un papel de gran complejidad que llevó al propio actor a leerse los cinco volúmenes de cartas escritas por Van Gogh a su hermano con el objetivo de poder adentrarse en la personalidad compleja y delirante del artista. Kirk Douglas confesó tiempo después que se sintió tan absorbido por el personaje que nunca jamás quiso volver a ver la película. 

Pero, volviendo a la oreja de Van Gogh, ¿qué historia hay detrás? Nos remontamos a la noche del 23 de diciembre de 1888, en una discusión acalorada con el pintor Paul Gaugin, Van Gogh se mutila el lóbulo de su oreja izquierda. Tras el incidente, el artista guarda el trozo de oreja en un pañuelo y se lo regala a una prostituta. Esta versión oficial ha comenzado a ser revisada por numerosos especialistas.  

En la obra “Pacto de silencio” los historiadores Kaufmann y Wildegans defienden la teoría de que los hechos no fueron tal y como nos los han contado, Van Gogh intentaba encubrir a su amigo y amante Gaugin el cual habría cortado el lóbulo de su oreja con una espada. Creándose entre ellos con esta tergiversación de la historia un pacto de silencio. Pero todavía hay más interpretaciones, como la que dice que fue el propio Vincent el que se cortó́ la oreja mirándose al espejo que utilizaba para sus autorretratos y no se la dio a una prostituta sino a una chica de la limpieza que trabajaba en un burdel. Por su parte, el escrito Martin Bailey habla de que tal acto de locura vino provocado por el rechazo que Van Gogh sentía por el matrimonio de su hermano, Theo, queriendo de estar forma llamar su atención. 

Miles de interpretaciones e historias acerca de un suceso que pone de manifiesto el alma atormentada de un artista que, por rabia, ira, desatención o locura perdió́ parte de su oreja. Así́ que ya sabéis la historia, ahora tendremos que hablar del lóbulo de la oreja de Van Gogh. 

 

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