La arquitectura ha reivindicado este fin de semana en Logroño su papel como transformadora de espacios, pero no con grandes estructuras, sino por medio de proyectos pequeños y efímeros que han reinventado varias plazas y espacios de la ciudad con motivo de la primera edición del festival “Concéntrico”.

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Seis equipos de arquitectos, todos ellos con amplia experiencia en la arquitectura más convencional, han desarrollado otros tantos proyectos en espacios de Logroño que han logrado captar la atención de los viandantes sobre plazas y lugares de tránsito en los que apenas se detienen habitualmente. “Concéntrico” pretende, según sus organizadores, demostrar que la arquitectura a pequeña escala es capaz de transformar los espacios cotidianos y añadirles atractivo.

Los seis ejemplos que han propuesto los equipos de arquitectos van desde la intervención en el interior de un calado hasta la posibilidad de descubrir un patio que nunca se había abierto al público. El “origen” de concéntrico es un “pabellón” creado en una plaza del centro de Logroño, en madera y totalmente reutilizable; esta construcción del riojano Octavio Pérez demuestra cómo el diseño puede aprovecharse para dar información de un evento en un lugar totalmente alejado de las casetas de obra o los contenedores.

Redescubrir y reinventar la ciudad

“Este festival pretende redescubrir la ciudad y para ello arquitectos y diseñadores, con intervenciones específicas, han puesto el foco en sitios que en el día a día pasan desapercibidos”, ha detallado el promotor del festival, Javier Peña. Porque, según recalca, quieren “dar visibilidad al arquitecto como mediador entre el espacio físico, que es la ciudad, y sus habitantes y así reivindicar la función social que tienen los profesionales de la arquitectura”.

Un juego con el espacio es lo que han planteado el portugués Joao Branco y la española Paula del Río, que trabajan en Coimbra (Portugal) y en Logroño han intervenido en un calado de varios siglos de antigüedad que han logrado hacer “infinito” en extensión gracias a un juego de espejos. “Queríamos jugar con una ilusión espacial y visual, hacer un espacio casi infinito, que se pierda la noción de lo que era inicialmente”, explica el arquitecto portugués, quien ha recalcado el valor que tiene un certamen “que nos ha obligado a trabajar muy rápido, en semanas, frente a lo que es habitual, un proceso mucho más lento”.

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Una época de pequeños proyectos

Pero ahora “uno tiene que adaptarse” y “eso es lo que hemos hecho aquí, adaptarnos al tiempo y al espacio” y “en nuestra profesión, en la que ya no hay grandes proyectos, también tenemos que aprender a adaptarnos a lo que hay”. Otros proyectos de “Concéntrico” son la creación de un pequeño jardín vertical de macetas con plantas aromáticas, en cuyo interior uno se puede sentar; incorporar versos de amor en el suelo de una plaza; revestir de madera un patio lleno de grandes piezas arqueológicas de piedra; o romper el “discurso visual” de una plaza con grandes bloques blancos con palabras escritas en ellos.  EFE_Eduardo Palacios

 

IMAGEN:  El madrileño Guillermo Trapiello ha creado un pequeño jardín vertical para la primera edición del festival de arquitectura “Concéntrico”, de Logroño, con el que ha transformado un rincón de la ciudad, junto a la muralla medieval.  Por su parte, el portugués Joao Branco (i) y la española Paula del Río plantean un juego con el espacio y han intervenido en un calado de varios siglos de antigüedad que han logrado hacer “infinito” en extensión gracias a un juego de espejos. EFE