Lograr un uso más democrático de las ciudades brasileñas, llenas de calles y plazas siempre cerradas, se presenta en la Bienal de Arquitectura de Sao Paulo como el gran objetivo para esta disciplina en auge en el país sudamericano.

Canal Patrimonio

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Un viaje arquitectónico e histórico recibe al visitante que se acerca estos días al Centro Cultural de Sao Paulo, una de las sedes de la X edición de la Bienal titulada “Ciudad, modos de hacer, modos de usar” y que intenta presentar  “una exposición para todos, no solo para profesionales y expertos”, explica Guillerme Wisnik, comisario general del evento.
“Viene mucha gente que no es arquitecta y nos dice que por fin entienden las exposiciones”, afirma Wisnik, quien añade que la “primera decisión de la Bienal fue tratar, no de arquitectura sino de ciudad, un concepto mucho más amplio”.

Las exposiciones pertenecen a 180 artistas de diferentes países,  el comisario destacó, entre todas,  “Carropolis” que explica “cómo el coche ha transformado totalmente la ciudad” y la brasileña “Espacio público y activismo” que “conecta el movimiento de Nueva York de Occupy Wall Street con las manifestaciones del pasado junio, en las que se pedía un transporte público de calidad”, analiza Wisnik.

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Y es que para el comisario de la Bienal, pese a que los brasileños no tienen una tradición del uso del espacio público, en los últimos dos o tres años la ciudad se empieza a usar más con eventos localizados en parques y plazas, pero también en lugares menos previsibles. Ejemplo de ello es el viaducto Presidente Costa e Silva, conocido en Sao Paulo como Minhoacao, que cada domingo dejar de ser una transitada carretera y se convierte en un centro familiar y de ocio.

A su vez, la Bienal intenta llevar la mirada del ciudadano al uso que en el pasado se hizo de la arquitectura. Así, las exposiciones “Detroit: ¿punto muerto?” y “China: el mundo renderizado” presentan dos ciudades fantasmas por diferentes motivos.   Y pese a que el gran evento de la arquitectura paulista acerca a los brasileños algunas construcciones extranjeras, la Bienal se centra en cómo el diseño puede cambiar la forma de entender la ciudad en el país sudamericano.

“Es el momento de la arquitectura en Brasil, estamos recibiendo a muchos profesionales, sobre todo españoles y portugueses, cuya colaboración es muy importante para nosotros porque nos quedamos muy aislados de la discusión mundial durante la dictadura brasileña”, apunta. Así, la arquitectura nacional representada en la Bienal se muestra preocupada por las próximas proyecciones y construcciones que se darán en el país en el que el arquitecto Oscar Niemeyer proyectó algunos de sus edificios más importantes.

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Un cambio arquitectónico, el que vive Brasil, al que aún le queda mucho camino y en el que, a juicio de Wilkin, la disciplina es fundamental pero no puede contribuir sola a un desarrollo correcto, sino que “tiene que ser parte de un conjunto de acciones públicas que intenten hacer una ciudad mejor, una idea de espacio público más efectiva”.  EFE_Macarena Soto

IMÁGENES: (1)  Un hombre camina frente a una obra de la edición diez de la Bienal de Arquitectura “Ciudad: Modos de Hacer, Modos de Usar”. (2) Detalle de la obra “Modelo Vivo-Maré” del artista Pedro Évora. (3) Vista general de la edición diez de la Bienal de Arquitectura “Ciudad: Modos de Hacer, Modos de Usar”, en el Centro Cultural de Sao Paulo (Brasil). EFE