La Biblioteca Nacional de España engrosa sus fondos tras la importante adquisición de cartas de Julio Cortázar con Francisco Porrúa, realizado por la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español, del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Se trata de una colección documental constituida por 126 cartas, fechadas entre el 15 de marzo de 1960 y el 20 de julio de 1977, enviadas por Cortázar a su agente literario y amigo personal, Francisco Porrúa. De éstas, sólo 5 son manuscritas, el resto corresponde a cartas mecanoscritas, casi todas firmadas por el autor, y, muchas, con anotaciones a mano. El escritor fue un gran mecanógrafo, escribía casi siempre sus cartas a máquina con copia para su archivo personal,  de ahí que una de las cartas de este conjunto sea una copia a carbón.

En la correspondencia, Cortázar expone diversos temas relacionados con su obra, con la edición de su novela Rayuela y otros trabajos, con vicisitudes de su vida personal y profesional y, también, con  la relación de amistad entre ambos. Además, la correspondencia refleja algunas de las obsesiones  del escritor: la decisión de revisar una y otra vez las galeradas de sus libros hasta que estuviera seguro de su forma y contenido, o  la preocupación  recurrente por las tapas, para que tuvieran un diseño acorde con los tiempos, tanto, que es el propio autor quien idea el dibujo de la tapa de Rayuela.

En muchas ocasiones acompaña sus cartas con algunos dibujos y esquemas, por ejemplo, para  la  tapa de Rayuela, y otros aparecen  al margen de las páginas.

Este material es de un valor incalculable y de gran interés para la BNE, que no cuenta con ningún autógrafo de Cortázar en sus fondos.  La incorporación de estas misivas a la colección de manuscritos de la Biblioteca permitirá, sin duda alguna, investigar otros aspectos  de la obra literaria del escritor.