La Caja de las Letras cumple su primera década como “cápsula del tiempo”, guardiana de los legados que 31 escritores, artistas, músicos, científicos, cineastas o actores han dejado custodiados bajo llave en la antigua cámara acorazada de la sede del Instituto Cervantes.    

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A lo largo de estos diez años, “destacados protagonistas” de la cultura de España e Hispanoamérica han depositado sus legados en alguna de las 1.800 cajas de seguridad ubicadas en el conocido como edificio de las Cariátides, en el centro de Madrid, informó en una nota el Cervantes.    

Por sus sótanos han pasado todos los escritores galardonados con el Premio Cervantes en los dos últimos lustros: Antonio Gamoneda, Juan Gelman, Ana María Matute, Juan Marsé, José Emilio Pacheco, José Manuel Caballero Bonald, Nicanor Parra, Elena Poniatowska, Juan Goytisolo, Fernando del Paso y Eduardo Mendoza.    

El narrador y ensayista Francisco Ayala, premio Cervantes en 1991 fue quien inauguró la Caja de las Letras en febrero de 2007 con un legado secreto en la caja número mil. Desde entonces, otros autores como Carlos Edmundo de Ory, Pablo García Baena o Jorge Edwards, han dejado su huella en este enclave que anteriormente servía de ubicación de entidades bancarias.

Todo tipo de expresiones culturales

Además de los escritores, otras expresiones culturales están representadas: el arte (Antoni Tàpies), la ciencia (Margarita Salas), la música (Cristóbal Halffter, Luis de Pablo), la danza (Alicia Alonso, Víctor Ullate), el cine (Luis García Berlanga), el teatro (Nuria Espert), la interpretación (Manuel Alexandre), la fotografía y la edición (Mario  Muchnik) o la gestión literaria (Carmen Balcells).

Las cajas tienen fecha concreta de apertura, elegida por cada invitado excepto la del compositor Luis de Pablo que pidió que su caja de seguridad se abra cuando él muera y que en el mismo acto se interprete la partitura inédita que dejó guardada. Hasta el momento se han reabierto tres cajas: las de la agente literaria Carmen Balcells, el actor Manuel Alexandre y la bióloga molecular Margarita Salas.

 

IMÁGENES:1: La investigadora y bióloga molecular Margarita Salas, junto al director del Instituto Cervantes, Juan Manuel Bonet, abre el legado que depositó hace diez años en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes: el primero de los cuadernos con las investigaciones genéticas que realizó en Nueva York por encargo del premio Nobel de Medicina Severo Ochoa en 1964. EFE/Archivo