La modernista Casa Amatller, uno de los tres edificios singulares de la llamada “manzana de la discordia” de Barcelona, ha recuperado su esplendor de 1900 tras la restauración completa de la planta principal, que fuera el domicilio del industrial chocolatero, fotógrafo y coleccionista Antoni Amatller.

Canal Patrimonio

CanalPatrimonio_CasaAmatller_EFE

La intervención en el edificio proyectado por el arquitecto Puig Cadafalch, que ha durado 22 meses y ha tenido un coste de casi 5 millones de euros, ha consistido en la restauración del mobiliario, las columnas, el suelo, los techos y la decoración original de la residencia del industrial, en el que también vivió su hija Teresa Amatller. El arquitecto José Ignacio Casar ha explicado que además de recuperar pavimentos, paramentos, restituir techos (madera, policromía, esgrafiados), vitrales emplomados, luces de techo, e instalar un ascensor y los elementos de seguridad, se han eliminado las modificaciones posteriores que Teresa Amatller introdujo en la vivienda tras la muerte de su padre.

Estas actuaciones han permitido recuperar las alcobas con arcos, así como la habitación original de Teresa Amatller, al tiempo que se “ha dotado a la casa de un discurso museológico que recrea lo más fielmente la vida en la casa en 1900″. El presidente de la Fundación Institut Amatller de Arte Hispánico, Santiago Alcolea, ha comentado “para el éxito de la restauración ha sido fundamental disponer de una importante cantidad de información histórica como las fotografías antiguas, muchas de ellas realizadas por Antoni Amatller, la documentación del arquitecto Puig Cadafalch, así como el expediente y los planos del edificio depositados en el Archivo Municipal Administrativo”.

También ha sido relevante, añade Alcolea, que “se hayan conservado un porcentaje elevado de las decoraciones arquitectónicas originales, gracias en gran parte al cuidado y el respeto de las adaptaciones efectuadas por Josep Gudiol Ricart en 1960, cuando se convirtió en la sede de la Fundación Amatller de Arte Hispánico”. La recuperación de varias piezas del mobiliario original que se encontraban fuera de la casa, donadas por las personas que las custodiaban, ha sido también trascendental, mientras que en algunos casos se ha recurrido a réplicas exactas, ha repuesto Alcolea.

CanalPatrimonio_Amatller_CMolinos

Abierta al público

Alcolea se ha mostrado satisfecho por la conclusión de la remodelación, “presentada un 12 de marzo, el mismo día de 1898 que Antoni Amatller compró el edificio del Paseo de Gracia para transformarlo por un precio de 490.000 pesetas, a las que luego sumó algo más de un millón de pesetas para su conversión en el primer edificio modernista de una manzana en la que luego aparecieron la Casa Lleó Morera (Domènech Muntaner) y la Casa Batlló (Gaudí)”.

Durante el proceso de obras se encontraron algunas sorpresas como un tesorillo de monedas de oro acuñadas durante los reinados de Carlos III, Carlos IV, Fernando VII e Isabel II. A partir hoy, la Casa Amatller abrirá las visitas al público en un período de pruebas y rodaje que durará uno o dos meses, según Alcolea. La entrada general tendrá un coste de unos 15 euros y las visitas serán en grupos reducidos de 12 personas, que, acompañadas por un guía, seguirán un itinerario preconcebido en el que además de las estancias también podrán ver una parte de la colección de cerámica de vidrio, que incluye piezas notables como un aríbalo egipcio de los siglos XIV-XIII aC, un frasco del siglo II-III o una balsamera del siglo III.

Además del vidrio, el visitante también puede contemplar en las paredes de la casa un rarísimo retablo románico de Angustrina (hacia 1200), una pareja de bodegones del madrileño Andrés Deleito (1650-60), un óleo de Ramón Casas o fotografías del pictorialista Miquel Renom o de Ramir Lorenzale. Aunque inicialmente no está previsto, la Casa Amatller ha contemplado la posibilidad de emitir un billete conjunto con las otras dos casas modernistas de la “manzana de la discordia” para crear, en palabras de Alcolea, “un ticket de la concordia”.

IMÁGENES:  Tres visitantes en una de las salas de la modernista Casa Amatller y detalle de una de las vidrieras del edificio antes de la restuaración.  EFE y Archivo Canal Patrimonio.