En más de 30 capítulos de “Platero y yo” aparecen referencias a estancias y espacios de la casa de la calle Nueva de Moguer (Huelva), a la que Juan Ramón Jiménez se trasladó con apenas cinco años y que hoy es su Casa Museo, una razón más para mostrarla al público desde una nueva perspectiva.

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JRJimenez_EFE
De esta forma, la Casa Museo rinde su particular homenaje al poeta en el año en el que se conmemora el centenario de la primera publicación de esa gran elegía andaluza que es su obra más universal y se descubre distinta, “tal y como el nobel la sintió y la nombró”, explica María José Blanco, guía de este lugar juanrramoniano.

Para hacer realidad este recorrido “a través de los ojos de Platero” se ha realizado un trabajo previo que ha consistido en entresacar los fragmentos del libro que, en ocasiones, han llegado a ser capítulos completos, en los que se citan espacios de esta vivienda. Así, se han utilizado capítulos como “La azotea”, “El aljibe” o “La cuadra”, y citas o breves descripciones de lugares como el patio de las flores, el corral, el granero, la cancela de entrada o la del jardín, el dormitorio, la salita, el comedor o incluso elementos decorativos existentes en la misma como “Platero de cartón”.

El resultado es un total de 17 cuadros en los que pueden leerse estas referencias colocados estratégicamente en diferentes puntos de la casa que permiten al visitante conocer no solo descripciones que el poeta realizó de estos espacios, sino también profundizar en las vivencias que en ella tuvo con su eterno compañero de aventuras y recrearlas en el momento de la creación del texto.

La Casa Museo como pieza del “año”:

Cómo, por ejemplo, descubría el interior de la vivienda desde el tragaluz azul y rojo que se erige en la azotea como una de sus piezas fundamentales, o las propias vistas que desde allí tenía de su pueblo; o cómo disfrutó de un eclipse junto a su burrillo desde el propio patio de la casa. Vivencias y descripciones que ofrecen una imagen diferente de esta Casa Museo más allá de la propia visita que se pueda realizar para conocer, algo más, sobre la figura y la vida de este niño moguereño que estaría llamado a ser uno de los pocos premios nobel que ha dado España.

“Se trata, por tanto, de destacar la propia Casa Museo Zenobia-Juan Ramón como pieza del mes, pero desde esta nueva perspectiva, incidiendo en la idea de que el pueblo de Moguer fue fuente de inspiración para Juan Ramón en todo momento, sus calles, su gente e incluso esta vivienda estuvieron siempre presente en su obra”, indica Blanco.

Esta “Pieza del mes” presenta una particularidad, su duración, ya que desde la Casa Museo se ha decidido que los cuadros estén expuestos durante todo el año 2014 y, de esta forma, a lo largo de estos 12 meses, ofertar a todo el visitante que se acerque a este espacio este nuevo recorrido. De esta forma, la Casa Museo brinda la oportunidad, durante más de 300 días, de descubrir la que fuera la vivienda en la que Juan Ramón Pasó su infancia tal y como él la vio, la vivió y la sintió, a través también de la mirada atenta de Platero inmortalizada en el espacio y en el tiempo. EFE_Laura Ramírez

IMAGEN:  Dos mujeres observan el “anteojo de larga vista” con el que Juan Ramón Jiménez, acompañado de su entrañable compañero de aventuras Platero observaba el sol desde Moguer. EFE/Archivo