Largas colas de hasta cuatro horas, llueva o haga sol, se forman estos días en una de las salas de exposiciones de la Ciudad Prohibida, el antiguo palacio imperial chino, que celebra 90 años de su apertura al público mostrando la que para muchos es la mejor pintura del arte oriental.

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Ciudad Prohibida

El 10 de octubre de 1925, un año después de que el último emperador, Pu Yi, fuera desahuciado del palacio, el recinto dejó de ser lo que su nombre indicaba, una ciudad prohibida para los ciudadanos chinos, y 90 años después, el rebautizado como Museo de Palacio ha querido celebrarlo con su obra más preciada. Se trata de “A lo largo del río en el Festival Qingming”, un pergamino pintado hace mil años por Zhang Zeduan (1085-1145) con detallismo de relojero, de tan sólo 25 centímetros de alto por cinco metros y medio de largo y que muestra una escena festiva en la entonces capital china, Bianjing (hoy Kaifeng, centro del país). Es una obra que normalmente se guarda enrollada en los archivos del palacio, pero que desde el pasado martes y hasta el 12 de octubre se mostrará a los visitantes.

La conservación de esta pintura polícroma en tinta es muy complicada, por lo que se muestra en escasas ocasiones al público: la última vez que se pudo ver en el palacio fue en 2005, aunque en la última década viajó, con altísimas medidas de protección y unas pólizas de seguro millonarias, a Hong Kong y Tokio. Los curadores del museo sólo permiten que el público vea la obra dos meses en cada muestra, y después es obligatorio que esté bajo recaudo durante tres años.

No es fácil ver la que para muchos es la “Mona Lisa de China“, así que no es de extrañar que turistas y aficionados acudan en masa al Salón del Valor Marcial, el espacio donde se muestra estos días. Algunos llevan lupas para poder observar con detalle el cuadro, aunque una vez llegan a él, tampoco pueden permanecer demasiado tiempo admirándolo, ya que los empleados de la sala les piden a gritos que no se detengan mucho rato, ya que miles de visitantes detrás esperan ansiosos por ver el pergamino. “He tardado tres horas en entrar pero estoy contento, y si hubiera tenido que esperar más, aún sería más feliz, eso demuestra que se trata de una oportunidad preciosa de ver este tesoro nacional”, cuenta uno de los visitantes de la exposición, Xiaolei.

El relato del pergamino

La obra, según los historiadores, muestra las afueras próximas a la muralla de la entonces capital imperial.
“Leída” de derecha a izquierda, la dirección habitual en la que entonces se escribía o se pintaban estos largos pergaminos, enseña cómo gentes del campo se dirigen a la ciudad para festejar el día de Qingming, una celebración similar al Día de Difuntos occidental. Conforme se aproximan a las murallas de la ciudad, en el extremo izquierdo de la pintura aumenta el jolgorio, con actores, malabaristas, tenderos, dueños de restaurantes, vendedores, monjes o mendigos pidiendo limosna, en una de las mejores representaciones existentes de la China de hace un milenio.

“Fue una obra muy complicada de elaborar, así que merece la pena visitarla”, explica Xu Shengnan, estudiante de prácticas en el departamento de exposiciones de la Ciudad Prohibida. El cuadro era una de las obras favoritas de Pu Yi, el emperador que vivió en la Ciudad Prohibida incluso una vez destronado en 1912, y cuando se le expulsó del palacio 12 años después, el 5 de noviembre de 1924, se lo llevo consigo, aunque el museo lo recuperó en 1945.

El cuadro inspiró durante siglos a los artistas de China, y una de esas copias posteriores, realizada por cinco pintores de la corte en el siglo XVII, durante la dinastía Qing, es casi tan famoso como el original. Esta versión, más grande que el original (tiene 11 metros de largo) se exhibe en el también llamado Museo de Palacio de Taipei, la capital de Taiwán, isla a la que se llevaron “exiliadas” algunas de las mejores obras de la Ciudad Prohibida tras la guerra civil entre comunistas y nacionalistas (1945-49). En 2010 se creó una versión digitalizada del cuadro, una proyección en la que los personajes se movían, obra que fue la estrella del pabellón chino en la Exposición Universal de 2010 y causó colas aún más largas de las que estos días sufren los pequineses. EFE_Antonio Broto

IMAGEN:  Largas colas de hasta cuatro horas, llueva o haga sol, se forman estos días en una de las salas de exposiciones de la Ciudad Prohibida, el antiguo palacio imperial chino, que celebra 90 años de su apertura al público mostrando la que para muchos es la mejor pintura del arte oriental. EFE