“Ordoño el guerreador, insigne militar, era próvido y prudentísimo en toda guerra, justo y misericordioso… en las necesidades de los míseros”, pero también el artífice de la consolidación de León como ciudad cosmopolita, de su papel como capital militar y política, y garante de las fronteras cristianas.

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Es el papel que le adjudican las crónicas medievales a Ordoño II, nieto de Ordoño I e hijo de Alfonso III, último rey de Oviedo, un “belicoso varón”, según el clérigo Sampiro, que mantuvo lejos del Reino de León a los musulmanes y de cuya coronación, semana arriba o abajo, ahora se cumplen 1.100 años. Los restos del monarca, a pesar de que la leyenda también envuelve su muerte, descansan en el único sepulcro con escultura que se conserva en León de un monarca, y que se encuentra en la girola tras el altar mayor de la catedral de León. Allí yace un rey con una importante contribución para afianzar el esplendor del Reino de León entre los siglos X y XII, porque fue quien consolidó en la ciudad la capitalidad, ya no sólo militar que ya ostentaba, sino también la política, tras el traslado de la administración del Reino desde Oviedo años atrás.

A la muerte, ya mayor, de su padre, Alfonso III, ocupa el trono el primogénito, García I, con quien no le unía una buena relación por la codicia del puesto que su padre, a pesar de su longevidad, no quiso dejar. Pero la temprana muerte sin descendencia de García I, que comenzó su monarquía en el año 910, dejó a Ordoño II la posibilidad de ostentar la corona, “nueve años y seis meses” antes de su fallecimiento, un 31 de marzo del año 924, por lo que su proclamación como rey se ubica a finales de septiembre del 914. “En las crónicas de la época musulmana, Ordoño II es ya por antonomasia un rey con sede en León y, ante todo, tiene el mérito de haber sido un rey guerrero, lo que no es poco en la época… Eso es lo que hace durante casi diez años de reinado, guerrear continuamente”, explica el historiador Manuel Carriedo Tejedo.

1o años de reinado, una década de batallas:

Tardó en tomar posesión porque se encontraba batallando contra los musulmanes en la campaña de Évora, hoy en día en territorio portugués, como ejemplo de lo que serían sus diez años como monarca: un constante trajín de batallas para mantener las fronteras del Reino de León. Su papel en la batalla permitió que su hijo Ramiro II pudiera mantener las fronteras del Reino de León desde Coimbra (Portugal) hasta las tierras del Duero, prácticamente en Soria. Una vasta extensión de terreno que da buena cuenta de la entidad de un Reino con capital en León en aquellos inicios del siglo X. “Su padre Alfonso III llevó el Reino desde Coimbra hasta Tordesillas. Su hermano, García I, mandó repoblar Roa y San Esteban de Gormaz. De Ordoño II no se conocen conquistas. Bastante tuvo con afirmar las fronteras”, relata Carriedo Tejedo. Por eso, este rey y su papel como batallador fue “fundamental” para que su hijo Ramiro II pudiera conseguir “mayores cotas de territorialidad”.

Su reino aglutinó 16 obispados:

Todo ello, con una capitalidad política, la de León, desde donde también se manejaba la guerra contra los musulmanes, y que fue una ciudad en la que se aglutinó la administración de dieciséis obispados, donde influía la importante nobleza gallega y asturiana y paso obligado del Camino de Santiago. Hay una cantidad de fuerzas que se aglutinan, que son las que conforman lo que era León y que dan ese carácter cosmopolita durante la Alta Edad Media”, señala el historiador. Por eso, considera que no se debe entender la historia del Reino de León como algo local, sino con la generalidad de una suma de territorios que pasa desapercibida.

“León es una ciudad que aglutinaba todo el reino. No saber eso no contribuye el conocimiento presente”, aunque eso sí, “la historia no soluciona el día a día” de esta tierra que este año, sin celebraciones, conmemora el 1.100 aniversario de la coronación de un rey “fundamental” para la historia de España. Mientras tanto, queda la estatua donde supuestamente yace el “rey guerreador”, tras el altar mayor, escondido; tan sólo el Cabildo de la catedral leonesa lo recuerda y, cada año, celebra una misa en su honor el lunes después de Pascua. “¿A que eso no lo sabe nadie?”, se pregunta por su parte el administrador de la seo, Mario González. EFE_Luis Vidal Huerga

 

IMAGEN: El investigador medievalista Manuel Carriedo ha aportado nuevos datos sobre el 1.100 aniversario de la coronación del rey Ordoño II, que estableció en León la capitalidad política del Reino enfrentado a los musulmanes y que ha pasado a la historia como el monarca “guerrero”, cuyo sepulcro, envuelto en leyendas, se encuentra en la catedral de León. EFE