“El jardín de las delicias” no es solo un tríptico, son infinitos cuadros que se estiran en los movimientos salvajes, poéticos y sensuales de los diez bailarines de la compañía de Marie Chouinard (nueva directora de la Bienal de Danza de Venecia), que eligieron Madrid para preestrenar mundialmente su lectura de la obra capital del Bosco.

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El espectáculo llegó a Madrid dentro de la programación de los Veranos de la Villa y por petición expresa de la coreógrafa, que quiso recalar en la capital española -sede de la exposición del centenario de la muerte de El Bosco- antes del estreno oficial que tendrá lugar el próximo 4 de agosto en Hertogenbosch (Países Bajos) o, lo que es lo mismo, la ciudad holandesa que dio nombre al pintor.

La obra

Chouinard, ha estructurado la coreografía en tres actos -“El jardín de las delicias”, “Infierno” y “Paraíso”– que se corresponden con cada uno de los paneles del tríptico. La obra dura cerca de 70 minutos.

Como ya hizo en 2010 en sus “Variaciones Goldberg”, frecuenta el bestiario, entre el surrealismo y la danza moderna, con personajes que deambulan e interaccionan con los objetos como su imaginación les dicta.

El “Infierno” sería el mundo actual, según la interpretación de la canadiense, y el “Paraíso”, el reino del placer y la inocencia, un lugar armónico mecido por los trinos de los pájaros. EFE

IMÁGENES: La bailarina, coreógrafa canadiense Marie Chouinard, durante la presentación del preestreno mundial de ‘El Bosco: El jardín de las delicias’. EFE