Canal Patrionio_Zoa Escudero

El tiempo de las inversiones

A lo largo de las últimas tres décadas se han producido las más cuantiosas inversiones de toda la historia dirigidas a la restauración, adecuación a la visita y difusión del Patrimonio Cultural. Es así con certeza para todos los territorios del conjunto español, pues buena parte de las claves que hicieron posible este fenómeno respondieron a coyunturas similares, de carácter general, incluso supra-nacional.
Dicha realidad, que ha supuesto un evidente salto cualitativo y cuantitativo en el estado y perspectivas para los bienes culturales hispanos, estuvo animada tanto por la necesidad de atender al deber establecido por las leyes y las exigencias de su conservación (una vez consolidadas las normativas autonómicas y europeas), como por planteamientos de corte ideológico o programático, en relación con la dimensión integral, interdisciplinar y de servicio social que se aplica a la acción sobre dichos bienes.

Canal Patrimonio_Morales

El proceso no ha sido del todo lineal, ha mostrado notables fluctuaciones, principalmente por la radical caída de los recursos públicos de la última década ya que la mayoría de las iniciativas en este sentido se promovieron desde las Administraciones. Los buenos vientos que soplaban desde Europa fueron aflojando y rolando hacia otras direcciones, la iniciativa privada no ha acabado nunca de incorporarse a estas dinámicas y la proyección social y económica de las acciones efectuadas ha resultado, en muchas ocasiones, claramente insuficiente. El cierto agotamiento de las soluciones que con entusiasmo abordábamos en los años finales del pasado siglo y a comienzos del presente, no se ha visto reemplazado por acciones innovadoras realistas y prácticas, más allá de los planteamientos discursivos.
De la actividad efectuada en dichas etapas, un esfuerzo muy notable fue el realizado en favor de la consecución de la accesibilidad para la visita y promoción de un buen número de recursos rurales, alejados de los centros económicos y administrativos. Actividades a las que fueron incorporándose progresivamente conceptos y valores como los de la difusión, divulgación, didáctica, interpretación y rentabilidad social, con criterios iban dejando de ser en exclusiva los de la restauración o investigación académica.

Este fue el marco general en el que se han desenvuelto los procesos de la llamada puesta en valor de nuestro Patrimonio Cultural, término que está sobreexplotado sin duda, pero que se ha extendido tanto como el de las actuaciones a las que parece referirse.

Las acciones y equipamientos culturales

Aparejadas o no a la restauración de inmuebles, si nos referimos solo a la geografía rural regional, encontramos unas cuantas –bastantes- docenas de instalaciones divulgativas in situ, musealizaciones o museizaciones, señalizaciones informativas, Centros de Interpretación y Aulas Arqueológicas, dotaciones didácticas y explicativas, Rutas Culturales y patrimoniales, centros o puntos de recepción de visitantes, actuaciones de grupos de reconstrucción histórica, recreación de yacimientos, parques temáticos, etc. Éstas constituyen una nada desdeñable nómina de recursos, en teoría apta para su promoción y explotación, y una contribución en su día novedosa y esperanzadora para el disfrute del legado histórico y cultural, y para la atracción turística.

Con estas iniciativas, la Comunidad no solo remozaba los bienes patrimoniales, sino que actualizaba su estrategia de presentación y oferta pública de los mismos, tal y como se hacía en el resto del territorio nacional y se llevaba a cabo, con bastantes años de antelación y muchos menos complejos, en otros países de Europa.

Los resultados fueron muy diversos y con marcadas singularidades. Coincidían en el interés original por provocar un acercamiento al ciudadano de los valores e información que contiene el bien patrimonial, buscando ofrecer al visitante una posibilidad más allá de la inconcreta admiración y reconocimiento intelectual, más o menos consciente, y apostando decididamente por la didáctica, más que por una pretendida estética o el reclamo tecnológico.

La inflación y la burbuja han existido, sin duda, al socaire de los demás excesos constructivos y de financiaciones “baratas”, y seguramente de una planificación deficiente. Resultó más asequible multiplicar las instalaciones y los pequeños sitios explicativos en lugar de afrontar verdaderos programas multidisciplinares de actuación y desarrollo sobre los bienes reales. Sin embargo, no puede negarse que la realidad socio-cultural, geográfica y demográfica del territorio hace difícilmente viable otro modelo, más selectivo y lujoso, que supondría dejar sin ningún recurso cultural, por humilde que éste sea, a la inmensa mayoría de nuestras poblaciones rurales.
No parece, sin embargo, mucho más efectivo el camino escogido en los últimos años, de franco retroceso, cuando no de renuncia, a nuevas inversiones divulgativas, sometidas las que se abordan a otros criterios de mayor “rentabilidad”, en torno a grandes instalaciones y eventos singulares centrados en bienes o conjuntos sobresalientes que, por lógica, se vinculan mayoritariamente a los principales núcleos urbanos de población………..

¿Quieres seguir leyendo este y otros artículo en la Revista Patrimonio?. PINCHA EN EL BANNER