El pintor Pablo Picasso fue también un genial escultor, como recuerda la nueva exposición del Museo Nacional que lleva su nombre en París, pensada con la ambición de revelar aspectos inéditos de la legendaria capacidad creativa del artista malagueño.
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En concreto, la muestra aspira a poner de manifiesto “aspectos poco estudiados” de su escultura, para lo que reúne hasta el próximo 28 de agosto más de 240 obras y sigue un recorrido cronológico, desde los primeros modelados de inicios del siglo XX hasta los agrandamientos de la década de los sesenta.
“Picasso. Esculturas” es la tercera gran exhibición dedicada a esa faceta del artista malagueño que organiza o coorganiza el Museo Picasso de París en 16 años. Se trata de la mayor organizada sobre el tema, sus promotores celebran también la suerte de poder ver juntos ciertos conjuntos, como los “Vasos de absenta“, pintados en 1914, cuyos seis elementos coinciden por primera vez en Europa.Uno de los objetivos es ahora vislumbrar la escultura de Picasso (1881-1973) en su múltiple dimensión, sus series y variaciones, hierros colados, tiradas y agrandamientos, realizados a partir de los geniales originales que esculpió.
Cinco salas para mostrar las múltiples facetas del genio malagueño
Sendas figuras de mujeres embarazadas protagonizan la primera sala, homenaje a la creada con tres cerámicas ensambladas en el taller de Vallauris, en la Costa Azul francesa, donde en 1953 el maestro conoció a Jacqueline (1926-1986), su futura esposa; y a las dos “Femme enceinte” que fundió en bronce entre 1950 y 1959. Siguen en salas contiguas sus primeras esculturas, creadas a partir de 1902, como “Femme assise“, pequeña figura de mujer sentada hecha con tierra, “Le Fou” y “Tête de femme (Fernande)“; así como su trabajo en madera influido por la cultura catalana, el arte grecorromano y los chamanes africanos.
Brillan también sus proyectos de monumento en memoria del poeta Apollinaire, fallecido en 1918, rechazados por el Comité que en 1921 lo encargó; varios agrandamientos póstumos realizados en 1985 de maquetas en hierro soldado, o la “Cabeza de mujer” que presentó en el pabellón español de la Exposición Internacional de París de 1937. La sala 10 se dedica por completo a su creación en colaboración con la fundición de Claude Valsuani, cuya calidad atrajo a Picasso pero también a Auguste Rodin, Henri Matisse o Edgar Degas.
Escultura en papel, hierro o latón, todo material resulta apto para el artista, que aquí despide al visitante cinco salas después con un desnudo etéreo y monumental -“La Femme aux bras écartés” (1962)-, cuya maqueta de cartón fue agrandada luego en metal y en cemento.
La exhibición ocupa la planta baja y el primer piso del museo, donde se renueva parte de la exposición que desde el pasado otoño llenaba el edificio para celebrar el 30 aniversario de su apertura. En el segundo y tercer pisos, dedicados a la “figura pública” e íntima del artista sigue intacta la muestra “¡Picasso!”. EFE_Luisa Gaspar
IMÁGENES: Parte de las piezas que se exhiben en la exposición “Picasso Escultura” del Museo Nacional en París, pensada con la ambición de revelar aspectos inéditos de la legendaria capacidad creativa del artista malagueño. EFE