El Museo de la Evolución Humana (MEH) acoge una exposición titulada “Ecos. Paisajes sonoros de la evolución humana”, que permite seguir la evolución humana durante los últimos cuatro millones de años a través de sonidos.

Canal Patrimonio_EFE

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El director científico del museo, Juan Luis Arsuaga, ha afirmado que es la primera vez que un museo de historia o prehistoria acoge una experiencia sensorial de este tipo y ha confiado en que la muestra se pueda repetir después en otros centros. Hasta el mes de julio, los visitantes del MEH podrán visitar esta parte de la exposición en la Sala de piezas únicas, que se ha habilitado de manera que queda completamente a oscuras para apreciar mejor los sonidos en un sistema de audio cinematográfico envolvente 7.1.

500 tomas de sonido:

Se trata de forzar al visitante a que utilice el oído, que ha sido una herramienta fundamental en la evolución pero que los “humanos urbanitas” actuales prácticamente han perdido. Los comisarios de la exposición son el propio Arsuaga y el naturalista y experto en captación de sonidos en la naturaleza Carlos de Hita, que ha utilizado más de 500 tomas de sonido para ofrecer esta muestra de doce minutos de duración.

Junto a sonidos tomados de la naturaleza, tanto de animales como de tribus como los pigmeos, los masai o los bosquimanos, se han tenido que reproducir con criterios científicos algunos otros, como los de la fabricación de herramientas o el lanzamiento de armas prehistóricas. Carlos de Hita ha asegurado que todo se ha hecho siguiendo criterios científicos en las reproducciones, para ser lo más fieles posible a los sonidos que pudieron escuchar nuestros antepasados. De hecho, Arsuaga ha destacado el hecho de que la primera toma de audio en la que se representa a nuestros antepasados africanos de hace cuatro millones de años se ha hecho tomando sonidos de chimpancés. “Aunque es algo que todavía se discute en al comunidad científica, los estudios del oído realizados a partir de los hallazgos de Atapuerca hacen pensar que nuestros antepasados emitían sonidos parecidos a estos animales”, ha precisado.

Un recorrido sensorial:

El recorrido sensorial, que se logra con una gran cantidad de altavoces que facilitan la sensación de movimiento en torno a los visitantes, comienza hace cuatro millones de años con los sonidos característicos de una selva tropical africana, donde vivían los grandes simios. Medio millón de años después se narra con sonidos el paso de los “australopithecus” por la sabana y su relación con otros animales. Se recorre también el sonido que acompañó en Eurasia al “homo antecessor”, hace un millón de años, con la reproducción de la vida en una cueva o su convivencia con bisontes y uros.

En el final de la exposición, repartida en siete capítulos de audio que se suceden sin que el visitante se mueva de la sala, se mezclan sonidos típicos de tribus que siguen manteniendo costumbres ancestrales con sonidos de la tecnología que ha cambiado la forma de vida del ser humano, como la máquina de vapor, las interferencias de radio, la electricidad estática o el tráfico. La visita se cierra con la cuenta atrás del lanzamiento de un cohete espacial, que simboliza la tecnología más actual, y el sonido del mar, referente de todo eso que todavía no se conoce del universo.

 

IMAGEN:  El técnico de sonido de la naturaleza y divulgador Carlos de Hita (i), acompañado por el director del Museo de la Evolución Humana, Juan Luis Arsuaga (d), durante la presentación de la exposición “Ecos. Paisajes Sonoros de la Evolución Humana”. EFE