El Palacio de Versalles ha estrenado un nuevo espacio museístico, la Galería de las Carrozas, estuche de una de las más importantes colecciones de ese tipo de vehículos de aparato en Europa, muy poco conocida hasta ahora, reflejo de los fastos de la corte francesa en sucesivas épocas.

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carroza, Versalles
Doce carrozas de gala, todas ellas del Imperio y la Restauración, ya que las del Antiguo Régimen desaparecieron con la Revolución Francesa, componen el grueso más visible de la exposición permanente de la Galería, que incluye también cientos de ornamentos y arreos. En diferentes vitrinas se expone “todo lo que queda del Antiguo Régimen”, donde a partir de 1665, durante el reino de Luis XIV, se vieron las primeras carrozas modernas en Francia. Se trata de dos pequeños carruajes construidos entre 1785 y 1789 para sendos delfines de Francia y varios palanquines o “chaise à porteurs”, uno de ellos fechado entre 1720 y 1730. Completan el reflejo esa época seis sofisticados trineos de fantasía con los que patinar y divertirse sobre la nieve palaciega y una maqueta de carroza para Luis XV, creada a mediados del siglo XVIII por Chobert, joyero del rey.

Creados para impresionar a la corte

Brillan por su ausencia los varios cientos de coches de lujo que servían al rey y a la corte hasta 1789, destruidos o vendidos en las últimas subastas revolucionarias, antes de perderse toda pista de ellos. Más allá del juego, ninguno de estos vehículos, ni en el Antiguo ni en los regímenes que le sucedieron fueron creados para viajar, sino para impresionar con su lujo inusitado, símbolo del poder real y para ser utilizados en raras ocasiones, como una boda, un bautizo o un entierro. Cada ocasión y ceremonia merecía su carroza y su cortejo de carrozas, siendo las reales las de más compleja y delicada elaboración, verdaderos tronos ambulantes en cuya creación trabajaron los mejores y más variados artesanos del momento.

En Versalles se exponen ahora entre otras, la berlina de la boda de Napoleón con María Luisa de Austria, en 1810; la del bautismo, en 1820, del duque de Berry, futuro Carlos X, así como la carroza de su coronación, en 1825. La colección se puede visitar de forma gratuita en la antigua Gran Cuadra del Rey, construida frente al palacio por Jules Hardouin-Mansart, entre 1679 y 1682, junto con su gemela y vecina “Petite Écurie”, actual Academia ecuestre nacional del dominio de Versalles. EFE

IMÁGENES: La carroza funeraria de Luis XVIII y una vista general de la Galería de las Carrozas del Palacio de Versalles en los establos del rey, en Versalles, Francia. EFE