Un folio de din-A 4 soñaba con ser un dragón, dar vida a personajes como Einstein y contar una historia de amor que acaba entre flores de llamativos colores y, gracias a Rafael Sanz Martín, el folio lo ha conseguido, como se muestra en la exposición “Recortaqué”, en la que los recortables cobran vida.

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A través de recortables originales diseñados por Sanz Martín, “Recortaqué” adentra al visitante de esta exposición, que puede verse en la Biblioteca Pública de Ávila hasta el 31 de enero, en un universo de formas múltiples e imaginación que traslada a otros mundos al público. Y lo hace desde la puerta de entrada a la muestra, donde sobre el visitante penden unas olas de color anaranjado y verde que le dan la bienvenida, a modo de dragón marioneta, y le acompañan después por un paseo en el que el papel y las formas se tornan en inimaginables y creativas figuras que cuentan su propia historia. En un formato de piezas colgadas de hilos o asentadas en la sala, el artista muestra distintas figuras tridimensionales realizadas en papel o cartulina.

El proceso de creación:

Su elaboración pasa por plantillas 2D originales del artista, listas para imprimir en cartulinas blancas o colores suaves y que pueden colorearse, recortarse, doblarse y con las que se puede jugar y crear diferentes piezas, gracias a un sistema de pestañas de unión que permite combinar los diferentes elementos de infinitas maneras. Surgen así escenarios en los que unos gatos unidos por una cuerda adoptan diferentes posturas, mientras, a su lado, un dragón abre sus fauces y un insecto de gran tamaño denominado “centipede” amenaza con sus gigantes ojos negros, intentando despistar con las siluetas geométricas que cubren su cuerpo, a modo de escamas.

Personajes históricos y seres de cuento:

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“Recortaqué” representa, además, un universo en el que los recortables no son los únicos protagonistas, gracias a historias también creadas por Rafael Sanz en forma de “pop-ups” o desplegables, como en la que se ve a Fernando y Patricia, a bordo de una avioneta, sobrevolando una campiña por la que ruedan dos ciclistas, junto a un mar de olas con bañistas incluidos. En este particular mundo de personajes con cabeza en forma de cubo, uno llama especialmente la atención, con su bombín negro, su bigote y su bastón, un Charlot que mira a otra pequeña figura de apenas diez centímetros de altura que, en blanco y negro, explica, pizarra en mano, la teoría de la relatividad. Einstein y Charlot no están solos en esta exposición, pues, a su lado, un grupo de músicos con gafas, rizos y sombreros muy característicos, tocan la trompeta, el piano y el arpa, dando vida a los hermanos Marx.

El universo de papel creado por Rafael Sanz hace al visitante de la muestra pasar por debajo de unos monos que se descuelgan en hilera desde el techo, para adentrarse, a continuación, en historias como el cuento de Höel, integrado por siete grandes piezas construidas con recortables en miniatura. Son los elementos que narran la historia de un brote y una libélula, sin que falte una seta de cuatro caras, un cíclope o varios elfos. Árboles y hojas dan vida a la Alhambra de Granada como escenario para un final feliz en esta muestra que también descubre al público los ‘Tintonelos’ o el cuento de Bela&Nical, para finalizar con unas piezas de mayor tamaño, múltiples colores y formas imposibles que se asemejan a naves interplanetarias o a animales prehistóricos. EFE_Carmen T. Izquierdo

 

IMÁGENES:  Un hombre observa algunos de los recortables originales diseñados por el artista Rafael Sanz que protagonizan la exposición ‘Recortaque’, que propone un paseo por cuentos en tres dimensiones, tótems de animales, personajes como Charlot, Einstein o los hermanos Marx, mundos con dragones, esculturas transformables y ‘pop ups’. EFE