La intervención en las bóvedas de los Baños Reales del Palacio de Comares de la Alhambra, los únicos de estas características que se conservan íntegros en Occidente,  ha dejado al descubierto detalles decorativos y técnicas artesanales originales que desvelan la maestría de los artesanos nazaríes.

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Con un plazo de ejecución de 26 meses y un presupuesto de 1,2 millones de euros, esta intervención pretende solucionar los problemas de conservación de las cubiertas abovedadas de los baños, derivados fundamentalmente de la infiltración de aguas pluviales. Este Baño Real, fue construido en el siglo XIV por el sultán Ismail I (1314-1325) y continuado por Yusuf I (1333-1354), y por su carácter privado y vinculación a un palacio constituye un ejemplo excepcional.

Heredero de las antiguas termas romanas, las cubiertas de los baños están formadas con bóvedas de fábrica de ladrillo revestidas interiormente con un mortero coloreado, originalmente de cal, y han sido objeto de intervención en todas las épocas posteriores a la llegada de los Reyes Católicos, la última en el siglo veinte, según el arquitecto y director técnico de la intervención, Pedro Salmerón. Una de ellas fue la llevada a cabo en 1926 por el arquitecto Leopoldo Torres Balbás, considerado el “padre” de la Alhambra moderna, en la alcoba, retrete y escalera de bajada a la Sala de las Camas, además de en las cubiertas.

Recubrimiento original

La intervención actual en las cubiertas ha permitido encontrar el recubrimiento original de una de las bóvedas que cubrían los baños y ha sacado a la luz detalles decorativos y técnicas artesanales originales que revelan la maestría y cualificación de los artesanos nazaríes. El proyecto, ha explicado el arquitecto, se centra en el sistema de cobertura y revestimiento interior de las bóvedas hasta llegar al nivel del zócalo, cuyo tratamiento se reserva para una restauración posterior a cargo de los talleres del Patronato de la Alhambra.

Proceso de documentación

En las lucernas de las bóvedas también se intervendrá para mejorar su protección y favorecer la ventilación controlada del baño, pero conservando el halo de misterio que confiere a las estancias la entrada de luz natural a través de ellas. El trabajo se completará con un minucioso proceso de documentación sobre la materialidad del baño que incluye el análisis de intervención de restauración, así como de los materiales y productos de alteración que se utilizaron en épocas anteriores.

Según Salmerón, que participa en el proyecto junto a un equipo técnico multidisciplinar integrado por una veintena de personas, el análisis en laboratorio permitirá además conocer la idoneidad o no de los materiales utilizados y la época de su aplicación a través de la comparación y el conocimiento de otros recintos de la Alhambra y los criterios restauradores de cada periodo. Dada la complejidad del conjunto de tonalidades del baño, el equipo de restauración realizará un estudio cromático de los revestimientos interiores para facilitar la reposición de estos acabados. La directora del Patronato de la Alhambra ha subrayado el hecho de que este tipo de intervenciones permita además avanzar en el conocimiento del conjunto monumental a través de las huellas que dejan al descubierto todos los procesos de conservación como el que se está llevando a cabo en los Baños Reales de Comares, habitualmente cerrados al público por motivos de conservación.

IMAGEN: Vista de las bóvedas de los Baños Reales del Palacio de Comares de la Alhambra en Granada, los únicos de estas características que se conservan íntegros en Occidente. EFE