Unos 150 grabados elaborados con la “revolucionaria” técnica del claroscuro del siglo XVI se expondrán desde el próximo día 15 en la Royal Academy Of Arts (RA) de Londres.

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Titulada “Impresiones del Renacimiento”, que se nutre de obras procedes de las colecciones del pintor alemán Georg Baselitz y del Museo Albertina, en Viena (Austria), la muestra repasa la evolución artística de la compleja técnica del claroscuro, un procedimiento que enriquecía los grabados dándoles volumen y profundidad. Durante la presentación, el comisario Achim Gnann, del Museo Albertina, explicó que la exhibición “aborda un asunto nuevo en la historia de los grabados, pues trata de la primera vez en que se introduce el color en los grabados, ya que normalmente la xilografía es solo en blanco y negro. Al principio del siglo XVI, en el Renacimiento, el color empieza a formar parte de los grabados y aquí tenemos el primer ejemplo de una técnica que se llama claroscuro “, apuntó el experto.

A veces creados sobre diseños de reconocidos maestros del Renacimiento como Parmigianino, Rafael o Tiziano, mostrando conocidas escenas bíblicas y leyendas, los artífices de los grabados recurrieron al uso de la luz y las sombras para sugerir formas, volúmenes y profundidad. Las 150 obras “raras” expuestas en la RA, que podrán ser vistas hasta el próximo 8 de junio, fueron elaboradas por maestros de ese método en Alemania, Italia y Países Bajos, y normalmente se exhiben en el Museo Albertina, en Viena, o proceden de la colección personal del pintor Georg Baselitz. A principios del siglo XVI, varios grabadores quisieron reclamar la autoría de la citada técnica del claroscuro, que se atribuyó el artista Lucas Cranach en Alemania.

No obstante, el primer ejemplo conocido proviene de su compatriota Hans Burgkmair The Elder, con su representación de “Emperador Maximiliano sobre lomos de un caballo” (1508), encargada el mismo año de su coronación. Este complejo método implicaba la utilización de varios bloques de madera para crear gradaciones de color, profundidad, plasticidad en su forma, atmósferas y calidad pictórica.

La elaboración del claroscuro implicaba la colaboración entre el artista, el diseñador del dibujo y el artesano que tallaba la madera.
Esa técnica fue adoptada por otros artistas alemanes como Hans Baldung Grien y Hans Wechtiline, del círculo de Albrecht Dürer, y se desarrolló también en Italia y Países Bajos. Años después de su invención en Alemania, el reconocido artista italiano Ugo da Carpi, quien también se atribuyó falsamente la invención, impulsó su popularidad al evitar los tonos negros con la superposición de manchas de colores talladas en diferentes placas. Los sucesores de Da Carpi, como Antonio da Trento y Niccolo Vicentino, avanzaron esa técnica y, a su vez, influyeron en otros artistas, como Domenico Beccafumi, en Siena, y Andrea Andreani.

 

IMAGEN: Fotografía facilitada por el Museo Albertina de Viena de la obra “Diogenes”, del artista italiano Ugo da Carpi, que forma parte de la exposición titulada “Impresiones del Renacimiento” que se abrirá desde el próximo día 15 en la Royal Academy Of Arts (RA) de Londres. EFE