El arquitecto e historiador del arte holandés Gijs van Hensbergen, autor hace 15 años de la primera biografía de Antoni Gaudí y que acaba de publicar una “biografía no autorizada” de la Sagrada Familia, considera que esta emblemática basílica se convertirá en “el Santiago de Compostela del siglo XXI“.

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La Sagrada Familia se ha convertido ya en “un lugar de peregrinaje” como demuestran los millones de turistas que vienen a verla, explica Gijs van Hensbergen en una entrevista con Efe, consciente de que este fenómeno entraña también problemas: “el barrio está cambiando, el centro se colapsa, incluso la Boquería ha perdido mucho, por efecto de la explosión de un turismo que no es especialmente cultural; y la Sagrada Familia fomenta ese turismo masivo“.

Con “La Sagrada Familia” (Plaza & Janés), Hensbergen pretendía hacer su “biografía personal” de la basílica, intentando acercarse de manera respetuosa a su simbología católica desde la perspectiva de alguien que es protestante. De sus indagaciones, el autor expone “las esperanzas que tiene la Iglesia, de convertir la Sagrada Familia en la Catedral de Europa, como un faro evangelizador”.

Desde que escribiera hace década y media la biografía de Gaudí, la Sagrada Familia ha cambiado totalmente y una vez el edificio acabado por dentro “da sentido a las dos fachadas tan diferentes, la de Josep Maria Subirachs y la de Gaudí”. El libro, a juicio del autor, tenía total sentido para explicar cómo un edificio católico puede atraer a budistas, chinos, rusos y gente de todas partes, y su conclusión es que “Gaudí es el mejor genio de la arquitectura de todos los tiempos”.

Cree Hensbergen que “el auténtico milagro es que todavía estemos con un edificio de fe en pleno siglo XXI”. Entrar en la Sagrada Familia, apunta, es “una cura de humildad”, pues “allí adentro te sientes muy pequeño, e incluso los ateos sienten que su alma asciende con la luz que entra por los vitrales”, comenta Hensbergen, quien confiesa que la experiencia le da personalmente algo de espiritual aún siendo agnóstico.

Relación  con Picasso y Dalí

Hensbergen se detiene en la relación entre Picasso y Gaudí -el pintor odiaba al arquitecto-, pero “ambos valoraban el arte popular y sus posibilidades de atracción al gran público”, repone. También menciona los aparentes elogios de Dalí a Gaudí en 1933 en su artículo “De la belleza aterradora y comestible de la arquitectura Modern Style”.

Sin embargo, considera Hensbergen que a pesar de no haber tenido muchos discípulos en vida, “Gaudí ha constituido una de las fuentes de inspiración del boom latinoamericano de la arquitectura orgánica, con figuras como Oscar Niemeyer y Félix Candela, y actualmente su estilo y la novedad revolucionaria de sus técnicas también han influido mucho en la última generación de arquitectos estrella como Frank Gehry, Zaha Hadid, Santiago Calatrava o Norman Foster”.

El hecho de que la Sagrada Familia sea un anacronismo en pleno siglo XXI no es un problema para Hensbergen. “Podemos vivir con eso, pero la verdadera encrucijada se producirá en 2026, cuando está previsto que esté acabada y entonces la Junta Constructora deberá estudiar muy bien cómo va a funcionar en tanto que iglesia de culto y como museo que sirve para obtener dinero”. Deberán decidir si la Sagrada Familia tiene relevancia en la vida religiosa de Barcelona, porque “es difícil imaginar que alguien pueda encontrar un momento de silencio para rezar mientras cuatro millones de turistas se hacen selfies”, concluye. EFE_Jose Oliva

IMAGEN: Vista del interior de la Sagrada Familia. EFE/Archivo