Más de 130 obras del renombrado pintor germano-suizo Paul Klee, que reflejan la diversidad y complejidad del artista, se exhiben hasta el 9 de marzo en la galería londinense de arte moderno Tate Modern.

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Expo Paul Klee Tate Modern- EFE- 15102013
La muestra “Paul Klee: Making Visible”, recorre cronológicamente a lo largo de tres décadas la evolución de la versátil e intensa obra del pintor en óleos, acuarelas o tinta en 17 salas. La exposición “trata de expresar la intimidad del trabajo de Klee al tiempo que concede espacio a cada una de las obras”, indica su comisario, Matthew Gale.

El recorrido comienza en 1910, durante los años que Klee pasó en Múnich y en los que el pintor empezaba a darse a conocer, para pasar posteriormente a repasar la década siguiente, en la que el artista daba clases en la Bauhaus. En esa escuela de artesanía, diseño, arte y arquitectura fundada por Walter Gropius en Weimar y cerrada por las autoridades prusianas en manos del partido nazi, Klee produjo algunas de sus pinturas abstractas más conocidas. Con la composición “Fire in the Evening”, de 1929, la popularidad de Klee, uno de los más renombrados artistas del Modernismo europeo, pasó a ocupar otro nivel internacionalmente.

“Paul Klee: Making Visible” refleja “la gran diversidad y complejidad de la producción de Klee, además de recoger el equilibrio entre lo abstracto y las obras más arraigadas en lo real. Eso ocurre siempre en su obra y se ve en la exposición”, afirma Gale.

Expo Paul Klee Tate Modern 2- EFE- 15102013

Trayectoria vital y profesional
Nacido en Suiza en 1879, Klee empezó a ganarse la vida como músico, al igual que su familia, aunque pronto dirigió sus inquietudes hacia la pintura, donde cabalgó entre el surrealismo, el expresionismo y la abstracción. En esta disciplina, se unió en 1912 al grupo de artistas avant-garde “Blue Rider” de Kandinsky, con los que adquirió mayor confianza en sí mismo. La Tate muestra los primeros pasos del artista durante la I Guerra Mundial, cuando Klee se decantaba por sus “patchwork” de color abstractos. Más tarde, el autor introduciría innovaciones en sus técnicas, como se aprecia también en las gradaciones de color de obras como “Suspended Fruit”, de 1921 y “Memory of a Bird”, de 1932.

En la década de los treinta, el pintor acometió algunos de los cambios más radicales en su obra, cuando los nazis le destituyeron de su posición como profesor y se refugió con su familia en Suiza, al tiempo que sus obras fueron retiradas de las colecciones en Alemania. Aunque el propio Klee percibía su arte como “un proceso de creatividad espontánea y de crecimiento natural”, aplicaba un gran rigor a su trabajo, recuerda el comisario.

Pese a ser víctima de una enfermedad degenerativa, los dos últimos años de la vida del pintor fueron extremadamente productivos. De esa última época es, por ejemplo, “Twilight Flowers”, obra que él mismo seleccionó para que fuera incluida en la última exposición de su obra en la Kunsthaus Zurich, antes de su fallecimiento en 1940, si bien para entonces Klee estaba demasiado débil para asistir a la muestra.

IMÁGENES: Obras “Rich Harbour, 1938” y “Fire at the Full Moon, 1933” del artista suizo Paul Klee (1879-1940) durante la presentación de la exposición “The EY Exhibition: Paul Klee – Making Visible” en el Tate Modern en Londres (Reino Unido). EFE