Cuando se cumplen 160 años del nacimiento de Vincent van Gogh, Buenos Aires ofrece una exposición con más de 200 de obras del pintor holandés, reproducidas en nuevos soportes, con tecnología 3D e interactiva que acerca al espectador a la vida y obra del pintor holandés.
Redacción Canal Patrimonio
Bajo el título “Vincent van Gogh, mi exposición soñada”, que puede visitarse hasta el 6 de octubre en el espacio Usina del Arte, en el barrio porteño de La Boca, la exposición reúne fotografía digital de alta resolución de 220 pinturas del célebre maestro impresionista y animaciones en 3D de las obras “Los comedores de papas”, “Ribera del Sena”, “Vaso con girasoles”, “Casa y dormitorio”, “Capullo de Almendro”, “El asilo” y “Trigal con cuervos”, además de una pantalla interactiva sobre la inmortal obra de la “Noche estrellada” y todos sus autorretratos.
Las obras digitalizadas sorprenden al visitante por su calidad, ya que cada muestra permite observar desde los trazos más delicados, hasta los cambios de colores, técnicas y temas que interesaban al pintor holandés, pasando por el contraste de sus colores. El ministro de cultura de Buenos Aires, Hernán Lombardi, ha destacado en la apertura de la muestra que este montaje “hace un recorrido cronológico por la vida y obra de Van Gogh con una extraordinaria calidad en sus más de 200 reproducciones”. “Las nuevas tecnologías permiten llegar a niveles de sofisticación que hace pocos años eran impensables”.
La exhibición ocupa dos pisos completos de la Usina del Arte, con un recorrido que se abre con doce autorretratos del artista, quien murió a los 37 años en Francia, sin conocer la fama. También se exponen cartas que el pintor escribió a su hermano Theo, en las que de forma minuciosa explica detalles de sus bocetos y de las obras que realizaba; documentos fundamentales en la tarea de recuperar los colores originales de las obras.
Recorrido en cinco etapas
El paseo por la vida del artista comienza en sus primeros años, comprendidos entre 1880 y 1886, en los que se destaca el uso de los colores tierra en sus obras; la segunda parte, París, que va de 1886 a 1888, en la que Van Gogh utilizó una paleta más luminosa, donde el color jugaría un rol fundamental en el resto de su obra. El tercer segmento, titulado Arles, muestra el tiempo en que vivió en esta ciudad al sur de Francia, entre 1888 y 1889 y en el que empezó a dar las pinceladas ondulantes y a usar los amarillos, verdes y azules intensos que caracterizan su obra pictórica de los últimos tiempos. A este periodo pertenecen las reconocidas obras “El sembrador”, “Casa Amarilla” y “Jarro con doce girasoles”, que sirven de antesala para el cuarto momento de la muestra, Saint Rémy de Provence que, de 1889 a 1890, da cuenta del período en que estuvo internado en un psiquiátrico.
El recorrido por el cuarto momento de la muestra está marcado por la primera exposición que el artista realizó en vida, en 1889, en donde eligió presentar “La noche estrellada” (1888) e “Iris” (1889). La muestra finaliza con “Trigal con Cuervos”, que, contrario al mito popular, no es la última obra del artista holandés, y que sin embargo se destaca como una de las pinturas más poderosas y debatidas ya que algunos inclusive la ven como una premonición de su muerte.
IMÁGENES: Fotografías cedidas por el Ministerio de Cultura argentino en la que se observa la obra “La noche estrellada” de Vincent van Gogh y parte de su exposición en Buenos Aires con motivo del 160 aniversario del nacimiento del pintor holandés. EFE