Tendemos a asociar las drogas con la pobreza, la delincuencia o las enfermedades, mentales o físicas. Desde luego, siempre con la perspectiva que debemos alejarlas y dominarlas. Sin embargo, los seres humanos hemos convivido con las drogas durante gran parte de nuestra historia y en muchas ocasiones con enorme armonía.
CANAL PATRIMONIO_Fundación Atapuerca
Desde hace 24.000 años, por los menos, muchas plantas fueron usadas como veneno, como analgésico, en cosmética, para alterar la consciencia, para comunicarse con los dioses, para pintar o luchar, en definitiva para cambiar de estado. Además, el uso de las denominadas drogas naturales, en base a hongos y elementos vegetales, se ha dado en todas las culturas, desde el ecuador hasta la tundra y su empleo no es exclusivo de los humanos. Numerosas especies, como los gatos, los renos, las cabras, los mandriles o los delfines, ingieren sustancias psicoactivas, por lo que el consumo de drogas es un fenómeno natural muy extendido.
Una de las personas que mejor conoce el origen de dicho consumo de drogas es la arqueóloga vallisoletana Elisa Guerra Doce, profesora de prehistoria en la Universidad de Valladolid, autora de varios libros y artículos académicos sobre la importancia que tuvieron las bebidas fermentadas y el uso de plantas alucinógenas en las sociedades
del Calcolítico y la Edad del Bronce. Recientemente ha comisariado la exposición Un brindis por el príncipe donde se muestra el papel que tenían las drogas en los rituales de las élites guerreras de hace más de 4000 años.
La principal función de las drogas en la antigüedad era la socialización entre las personas. Su consumo solía ser colectivo, popular, para hacer acciones conjuntas como la caza, la danza o las guerras.
Sus efectos llevaban a una percepción de la realidad alterada y por ello fueron ampliamente usadas para comunicarse con los dioses, los muertos o los seres inanimados. Poco que ver con lo que acontece en la actualidad en las sociedades del primer mundo, donde se ha transformado en un problema por la adicción, el control mafioso de su distribución y su consumo individual.
El nuevo cuaderno de divulgación, de la Serie Orígen, Cuadernos de Atapuerca, se dedica a repasar las primeras evidencias que conocemos en el registro arqueológico de la ingesta de drogas. Nada mejor para volver a la denominada “nueva normalidad” que consumir su lectura y disfrutar de sus efectos estimulantes.
INFORMACIÓN:
El nuevo cuaderno hace el número 14 de la colección Origen. Editado con el patrocinio de la Fundación Atapuerca, este número se encuentra ya en las librerías para conocer mucho más sobre el origen del empleo de drogas. (PVP es de 6,5 €)
Las Drogas, de Elisa Guerra
un nuevo cuaderno de atapuerca, de la serie origen
Contacto autora: Elisa Guerra (elisa.guerra@uva.es) | Coordinador científico: Carlos Díez 649046329