Una de las estatuas romanas en bronce más relevantes de la antigua Hispania, hallada en 1895 en Pamplona y “desaparecida” desde hace más de un siglo, ha permanecido décadas en una colección privada en los Estados Unidos, según asegura Manuel Olcina, director técnico del Museo Arqueológico de Alicante (MARQ).

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Según ha anunciado este experto en bronces del periodo romano, se trata de la segunda estatua “togada” más importante de la península Ibérica. Olcina ha informado por escrito y enviado toda la documentación de que dispone tanto al Museo Arqueológico de Navarra como a la Dirección General de Patrimonio del Ministerio de Cultura para que emprendan las acciones que determinen.

Conocida como “Pompaelo” (nombre de la Pamplona romana), es una pieza completa a excepción del cuello y cabeza que data del siglo I después de Cristo y que fue hallada en 1895 con motivo de unas excavaciones en la calle Navarrería de la ciudad, junto a otros restos romanos. La pieza adquiere gran importancia por estar hecha en bronce, por la minuciosidad del ropaje y por su tamaño natural (1,27 metros), entre otros aspectos, y para los arqueólogos sólo es superada como estatua togada en bronce en la península por el “togado de Periate” de Granada.

Poco tiempo después de su descubrimiento se dio oficialmente por desaparecida en España hasta hace justo dos semanas, cuando Olcina participó, entre el 4 y 5 de febrero en Aalen (Alemania), en un congreso para especialistas de todo el mundo en grandes bronces romanos. Allí presentó una ponencia repasando las principales piezas de la antigua Hispania, entre ellas la “doble cabeza de águila” hallada en 2005 en el yacimiento alicantino de Lucentum, y también la desaparecida “Pompaelo”, de la que añadió que estaba “perdida”.

Se desconoce cómo acabó en la colección de John Kluge

La “inmensa sorpresa” se produjo cuando, a continuación, una especialista norteamericana, Carol C. Mattusch, afirmó que la había visto en la colección estadounidense John Kluge y que, incluso, la había catalogado en 1996. Posteriormente, la misma pieza apareció en un catálogo de diciembre de 2010 de la casa de subastas Christie’s de Nueva York, donde databa que era una escultura del “sur de Francia”, y fue subastada con un precio de salida de entre220.000 y 308.000 euros, sin que Olcina conozca el comprador.

El director técnico del MARQ ha asegurado que el hallazgo es una noticia “muy relevante” para los arqueólogos por la calidad artística que, entre otros aspectos, se refleja en los pliegues y en unas espigas que hay en la mano. Ha añadido que desconoce cuándo y cómo salió del país y si se hizo de forma legal o no, aunque gracias a que se conservan fotos de entre finales del XIX y principios del XX, antes de que se la perdiera la pista, se ha podido averiguar ahora que sigue intacta.

Según Olcina, a diferencia de otras estatuas similares en piedra, estas de cuerpo entero en bronce no son habituales de encontrar porque ese tipo de piezas solían ser refundidas en tiempos posteriores para “otros menesteres”, por ejemplo para acuñar moneda. Este tipo de estatuas se erigían a ciudadanos importantes o magistrados y, normalmente, se erigían en los foros de las ciudades romanas.

IMAGEN: El director del Museo Arqueológico de Alicante, Manuel Olcina, ante la única imagen existente de una de las estatuas romanas en bronce más relevante de la antigua Hispania. EFE