Pocos espacios podría imaginar en el mundo el británico Henry Moore para acoger su obra como el que desde hoy alberga seis de sus bronces monumentales,  asomados al Teatro Romano de Málaga, bajo la Alcazaba y junto al Museo Picasso, el artista al que más admiró y con el que midió su creatividad.

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“Estoy seguro de que estaría encantado de ver su obra expuesta entre el Museo Picasso y la Alcazaba, que resumen lo que más admiró del arte español, su riquísima historia y su capacidad de contribuir a la modernidad”, ha resaltado Sebastiano Barassi, jefe de Colecciones de la Fundación Henry Moore y comisario de la exposición. Dentro del programa “Arte en la calle” de la Obra Social de La Caixa, estos seis bronces monumentales permanecerán instalados en la calle Alcazabilla de Málaga hasta el próximo 28 de junio, para a continuación viajar a Santander, Burgos y Pamplona.

La presencia de la obra de Moore en España no es casual, ya que, aunque el artista sólo visitó una vez nuestro país, el verano de 1934 en unas vacaciones en moto junto a su esposa Irina y dos amigos, “se inspiró en el arte y la cultura española durante toda su trayectoria”, según Barassi. En aquel viaje visitó las cuevas de Altamira, “que describió como la Real Academia de la Pintura Rupestre”, las pinturas del Greco en Toledo y las pinturas y esculturas del siglo XIV en el Museo Episcopal de Vic, y todo ello le causó “una impresión duradera”.

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Marcado por su encuentro con Picasso

Pero aún mayor fue el impacto que le produjo su encuentro con Pablo Picasso, en un momento en que Moore estaba muy afectado por la Guerra Civil y el sufrimiento de los españoles en la contienda. “Visitó el estudio de Picasso en París en 1937 y presenció el desarrollo del ‘Guernica’. El arte de Picasso sería su gran fuente de inspiración y fue la referencia con la que quiso medir sus propios logros durante toda su carrera”, ha asegurado Barassi.

Dos años más tarde, Henry Moore hizo su primera litografía, “Prisionero español”, con la intención de venderla y recaudar fondos para los prisioneros republicanos españoles retenidos en los campos de refugiados de Francia. Otro malagueño con el que se relacionó fue el escultor Miguel Berrocal, pues ambos mantuvieron al menos dos encuentros a finales de los años 60 y principios de los 70, y las afinidades entre ambos se aprecian “en el interés por las formas orgánicas y por explorar los huecos y el espacio negativo”, ha apuntado el comisario.

Las seis obras que se han seleccionado en Málaga pretenden mostrar dos aspectos clave en la obra de Henry Moore, como son la figura reclinada y las obras inspiradas en objetos naturales. En este sentido, Sebastiano Barassi ha explicado cómo Moore se inspiró para su obra “Pieza de bloqueo” (1963-1964) en dos piedras entrelazadas que encontró en una gravera cerca de su casa, mientras que el punto de partida en “Gran figura de pie: filo de cuchillo” (1976) fue un fragmento de un hueso de pájaro.

IMÁGENES: Un grupo de turistas alrededor de la escultura de Henry Moore, “Óvalo con puntas” y una mujer observa la escultura de Henry Moore, “Pieza de Bloqueo”, dos de los seis bronces monumentales que se exponen entre la Alcazaba y el Museo Picasso de Málaga. EFE