Con la intención de “desnudar” el mito de Cervantes y descubrir al hombre “de carne y hueso” que fue, el catedrático José Manuel Lucía Megías, uno de los cervantistas más reputados del mundo, publica la primera parte de una biografía “no al uso” en la que desbroza la vida real y ficticia del escritor.
Presidente de honor de la Asociación de Cervantistas, Lucía Megías ha presentado hoy la parte primera de “Retazos de una biografía en los siglos de Oro”, un volumen de la editorial EDAF que lleva por título “La juventud de Cervantes. Una vida en construcción”, y en la que se acerca a los primeros 33 años de la vida de Cervantes, desde su nacimiento en 1547 a su vuelta del cautiverio de Argel en 1580.
Una obra que finaliza con un epílogo sobre “los huesos” de Cervantes descubiertos en el convento de Las Trinitarias de Madrid en una operación en la que, asegura, al no contar con los expertos cervantistas ha significado “tirar a la basura” cientos de miles de euros de dinero público con la finalidad de “poner una nueva placa”.
Tras criticar la gestión que hizo la anterior alcaldesa de Madrid, Ana Botella, sobre este asunto, el cervantista ha advertido a la actual, Manuela Carmena, de que tiene la oportunidad única de acometer un verdadero homenaje a Cervantes y a todo el siglo de Oro haciendo de la recuperación del Barrio de las Letras “una gran proyecto europeo”.
Las dos caras de Cervantes
Hay un Cervantes “de carne y hueso”; un Cervantes personaje, que se inventa y se proyecta a través de sus escritos, y un Cervantes mito, que se ha llenado de Historia en los cientos de biografías que se han escrito desde 1738, ha explicado el autor, que dice que en su obra, no ha prescindido de ninguno de ellos.
Sin perder el carácter científico, José Manuel Lucía Megías ha hecho un trabajo “policíaco” para situar a Cervantes, cuando se inician los actos conmemorativos del 400 aniversario de su muerte, en su época con la idea de “levantar el foco del ser excepcional y ver a una persona concreta del Siglo de Oro”.
Así, ha asegurado, desde la primera a la última biografía de Cervantes “están imbuidas por la necesidad de explicar un gran genio que en cualquier momento tiene que hacer cosas excepcionales”.
En “La juventud de Cervantes”, el joven Miguel aparece como una persona en construcción, al igual que muchos otros de su época, primero intentando ser el secretario de una familia nobiliaria, luego como soldado que se estrena en la batalla de Lepanto y en Tercios italianos y, más tarde, en sus cinco años de cautiverio en Argel.
Argel, un punto de inflexión en su vida
Frente al mito del Cervantes heroico de la batalla de Lepanto, Lucía Megías considera que tuvo la suerte de sobrevivir como otros tantos miles de soldados y explica que volvió a construir su vida en Argel, donde fue “un cautivo que hizo del cautiverio una profesión”.
Así, relata los trabajos que realizó en Argel como “passeur”, es decir, las personas que ayudaban por dinero a otros cautivos adinerados a conseguir su libertad. Sus años de cautiverio de Argel, “una especie de eje que le cambiará la vida, ponen el punto final a esta obra que continuará con un segunda parte que aborda la madurez de Cervantes hasta su muerte y que verá la luz el próximo otoño.
“No sé si, tras la publicación de esta biografía, alguno de los 400 cervantistas que somos en el mundo me va a dejar de hablar”, ha bromeado el autor. EFE