La Fundación Atapuerca, en colaboración con la Universidad de Burgos, ha hallado nuevas pruebas sobre los grupos humanos que habitaron el valle alto de Arlanza hace medio millón de años en el recientemente descubierto yacimiento de La Revilla. El grupo de arqueólogos ha encontrado una colección de herramientas de piedra que permitirá conocer cómo era la tecnología los grupos humanos que ocuparon la zona en un inicio. Este descubrimiento se haya dentro del plan de investigación “Cota 1000”, que tiene el objetivo de localizar nuevos yacimientos arqueológicos de más de medio millón de años en el valle alto del río Arlanza.
El yacimiento de La Revilla en el municipio burgalés de Hortigüela se ha convertido en noticia por el hallazgo de herramientas de los primeros seres humanos que habitaron la zona, hechas, principalmente, de cuarcita y cuarzo. Este descubrimiento ayudará a entender los patrones de movilidad y la tecnología de estos grupos humanos, así como sus estrategias para gestionar el territorio. Todos los datos conseguidos serán comparados con los documentados en los yacimientos de la sierra de Atapuerca y “La Revilleja de Valparaíso”, otro yacimiento excavado en el marco del mismo proyecto durante los años 2020 y 2021.
La campaña, en la que han participado un grupo de arqueólogos y estudiantes de prehistoria de la Universidad de Burgos, ha consistido en ampliar diez metros cuadrados el sondeo que se llevó a cabo a principios de 2024. El aumento a una superficie total de 18 metros cuadrados ha permitido encontrar la colección de herramientas, que, según los estudios preliminares, pertenecen a dos tipos de talla. El “modo tecnológico 1” o “olduvayense” es una forma de talla muy antigua cuyo funcionamiento se tiene claro gracias a otros descubrimientos en los yacimientos de Gran Dolina y la Sima del Elefante de la Sierra de Atapuerca. El segundo, llamado “achelense”, está documentado en el yacimiento de Galería y “La Revilleja de Valparaiso”.
La iniciativa se encuentra dentro del proyecto “Cota 1000”, llamado así por la altitud en la que se ha trabajado, ya que es en torno a esta cota donde se pueden conservar depósitos geológicos de esta cronología que alberguen en su interior las herramientas de piedra fabricadas por los primeros grupos humanos que ocuparon este territorio. Esta intervención arqueológica ha sido posible gracias a la colaboración del Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Hortigüela.
El trabajo han sido dirigido por Eudald Carbonell Roura, Catedrático de Prehistoria de la Universidad Rovira Virgili, Profesor Colaborador Honorífico en la Universidad de Burgos y vicepresidente de la Fundación Atapuerca, Marta Santamaría Díez, beneficiaria de una ayuda económica para investigación de la Fundación Atapuerca, Marta Navazo Ruiz, Profesora Titular de Prehistoria de la Universidad de Burgos, Alfonso Benito Calvo, Investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, CENIEH, y Rodrigo Alonso Alcalde, Museo de la Evolución Humana – Universidad de Burgos.