Fermín de los Reyes (Madrid ,1966) lleva dedicado al mundo de los libros antiguos en todas sus facetas desde hace más de 25 años. Responsable de la edición facsímil del reconocido como primer libro impreso en España, el ‘Sinodal de Aguilafuente‘, del que se han realizado ya cinco ediciones, ha trabajado con bulas de indulgencia e incunables, fundamentalmente.

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A lo largo de su trayectoria profesional, De los Reyes siempre ha echado de menos tener un repertorio actualizado de incunables editados en España, una base de datos a la que acceder con frecuencia. Los profesionales de la investigación toman como primera referencia la realizada por Konrad Haebler en una recopilación que data de entre 1903 y 1917. “Hay muchas noticias de incunables que están dispersas y hay que refundir la información habida y por haber, es necesario actualizar los datos”, sostiene De los Reyes.

Qué es un incunable

La Documentación cataloga como ‘incunable’ a toda publicación del siglo XV entre 1440 y el 31 de diciembre de 1500 “ya sea un libro en varios volúmenes o una simple hoja y no hay cambios notables entre los anteriores y posteriores, simplemente llaman más la atención porque son los primeros”, asegura De los Reyes. En el caso de España, por lo tanto, el periodo abarca desde la publicación de ‘El Sinodal de Aguilafuente’ encargada por el Obispo Juan Arias Dávila al impresor Juan Parix con el objetivo de recoger las actas del Sínodo de Aguilafuente (Segovia) en 1472.

Problemas

A la hora de trabajar con incunables, el documentalista se encuentra varios “problemas” como el hecho de que más de un tercio de ellos carece de indicaciones tipográficas y se desconoce el lugar de impresión y la fecha lo que dificulta la labor de identificación. Solo un análisis tipográfico, compararlo con otros que estén identificados e intentar asociarlo a talleres conocidos de los que se conoce su existencia puede llevar al investigador a intentar identificarlo.

En este sentido De los Reyes ha encontrado a lo largo de su trayectoria más de una veintena de publicaciones que no se pueden comparar con nada, porque no hay tipografías parecidas e intuye fechas aproximadas o zonas pero se desconocen los talleres. La ciencia, como meticulosa que es por definición también ‘etiqueta’ a los libros impresos a partir de 1501 y hasta 1520 como ‘post incunables’, lo que todavía otorga más incertidumbres y limita la catalogación exacta.

Otro de los problemas con los que se encuentra un investigador es la dispersión. En todo el mundo hay referencias de incunables españoles. En bibliotecas, archivos, colecciones privadas e incluso en enterramientos como en el caso de las bulas de indulgencias concedidas a los que pudieran pagarlas y que ‘extendía’ la Iglesia.

Historiadores del arte, literatura, lengua o cualquier disciplina recurren a trabajar con los incunables y para De los Reyes se antoja como “necesario” facilitar un repertorio con un mayor número de cifras “que sería de gran utilidad además de un reconocimiento del patrimonio español”.

Repertorio bibliográfico de incunables españoles

Con estas necesidades bien presentes, De los Reyes solicitó una ayuda al Ministerio de Economía y Competitividad para la realización de un proyecto de investigación cuya finalidad será recopilar y describir los incunables españoles desde ‘El Sinodal de Aguilafuente’ en 1472 y hasta el 31 de diciembre de 1500.

El proyecto, titulado ‘Repertorio bibliográfico de incunables españoles’, se realizará entre 2017 y 2020 y forma parte de los proyectos I + D del Programa estatal de fomento de la investigación científica y técnica de excelencia, subprograma estatal de generación del conocimiento. La investigación estará dirigida por De los Reyes al que acompañará un equipo multidisciplinar con bibliotecarias de fondo antiguo procedentes de la Biblioteca Nacional, Universidad Complutense, Universidad Pontificia de Comillas o la Real Biblioteca; una paleógrafa, un hebraísta, un experto en libros antiguos y un tipógrafo.

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“El objetivo es la búsqueda de incunables españoles en cualquier fuente, su análisis y su descripción, de forma que se pueda contar con una sola publicación en que estén reunidos, lo que ahora mismo no ocurre, ya que la información está dispersa en catálogos y bibliografías”, sostiene De los Reyes. Durante el proyecto también se incluirán noticias de los incunables que se encuentran solo en documentos, por ejemplo en inventarios o en contratos de impresión, aunque no haya ejemplares conocidos.

En una primera fase el equipo procederá a una revisión sistemática del material encontrado pero será imposible analizarlo todo. “Lo ideal sería ver todos los ejemplares encontrados, pero no va a ser posible, se analizarán los que se puedan, los que creen más problemas”. La tarea es tan exigente en todos los sentidos que sería inviable sin financiación externa. “Hay que solicitar reproducciones, ver todo lo que se ha publicado y revisar, analizar e identificar los impresos y ver qué dicen. Hay que extraer toda la información posible”, asegura De los Reyes. Los resultados de la investigación se plasmarán en una publicación en papel y también en una base de datos online.

Enigmas por resolver

El número de incunables españoles “controlados” está en torno a los 1.060, impresos en al menos 26 localidades, y se calcula que puede aumentar en un centenar, sobre todo por la localización de bulas de indulgencias y otros impresos menores en archivos y bibliotecas.

Segovia continúa encabezando la imprenta española con la edición de ‘El Sinodal de Aguilafuente’, aunque hubo poblaciones como Barcelona, Valencia o Sevilla que contaron con imprenta ya en 1473. En cuanto a la producción, destacan Salamanca y Sevilla, con 150 ediciones, seguidas por Barcelona, con 128, y Burgos y Zaragoza, con 112.

“Todavía hay muchos enigmas por resolver, como quién imprimió la ‘Bula de Borja’, pregonada en Segovia en 1473, cuáles fueron los talleres que dieron a luz varias ediciones del ‘Sacramental de Sánchez Vercial’ o quiénes imprimieron las bulas de indulgencias en las primeras décadas”, afirma De los Reyes.

En un proceso como el que afronta el equipo encabezado por De los Reyes tampoco descarta “sorpresas” y que incluso puedan aparecer publicaciones anteriores al Sinodal. “Aun tenemos un patrimonio bibliográfico por descubrir, lo que supone un reto”, asegura. Javier de Andrés_Agencia ICAL

IMÁGENES: El profesor e investigador, Fermín de los Reyes. Diego de Miguel_ICAL