ES* Dentro de los muros de la antigua ciudadela de Braganza se encuentra uno de los edificios medievales de uso civil más pecualiares del mundo: la llamada Domus Municipalis, antigua Cámara Municipal de la ciudad, construida sobre una cisterna romana.

PT* Dentro dos muros da antiga cidadela de Bragança encontra-se um dos edifícios medievais de uso civil mais peculiares do mundo, a chamada Domus Municipalis, antiga Câmara Municipal da cidade, construída sobre uma cisterna romana.

Vista exterior de la Domus Municipalis. Foto: Jaime Nuño

Canal Patrimonio Flumen Durius

ES* La ciudad portuguesa de Braganza tiene sus orígenes en la antigua Brigantia, que también fue conocida como Juliobriga (homenaje del emperador Augusto a su antecesor Julio César). Está situada en lo alto de la colina de Nossa Senhora do Sardão, en el corazón de la región de Tras-Os-Montes (norte de Portugal) y su ciudadela es uno de los núcleos amurallados más armoniosos y mejor conservados de Portugal. Esta urbanización se debe, posiblemente, a la reconstrucción de la ciudad ejecutada en el año 1130 por don Fernão Mendes, cabeza de uno de los cinco linajes más importantes de la edad media portuguesa, tras un período de saqueo y destrucción durante la Reconquista.

Mendes, que además era cuñado de don Afonso Henriques, primer rey de Portugal, había permutado los terrenos de Braganza con los monjes del monasterio benedictino de Castro de Avelàs. Tras su muerte, y sin una descendencia que consolidara el mayorazgo, Bragança entró en otra fase de inestabilidad. Fue entonces cuando Sancho I concedió en 1187 sus primeros fueros a la ciudad con el fin de consolidar la línea fronteriza con Galicia incentivando la repoblación. A esa época corresponde también el castillo, para defensa de toda la comarca.

En ese contexto foral de la ciudad surge la figura del edificio hoy conocido en latín como Domus Municipalis, en torno al cual se ha desarrollado una polémica que discute no sólo su carácter de cámara municipal sino también su cronología o su adscripción estilística. Se cree que en origen pudo haber en este espacio una antigua cisterna romana que, con el transcurrir del tiempo, acabó siendo utilizado como Senado. Para ello se le añadió a este espacio un segundo cuerpo superior para que sirviera de cobijo a las reuniones públicas. El mito decimonónico de los municipalismos le confirió su actual designación en latín, nombre extraño a los usos de la Edad Media, cuando se utilizaba el término de Paço do Concelho para nombrar a este tipo de edificios.

Época de construcción

Más discutida es su cronología. Por un lado están los defensores de su construcción hacía finales del siglo XIII y principios del siglo XIV, alegando la propia historia de la ciudad, que descartaría fechas anteriores al siglo XIII. También estilísticamente se tienen en cuenta otros aspectos, como las características de algunos elementos decorativos usados en su fábrica, como los modillones de rollo o las puntas de diamante. Ya los defensores de una construcción temprana aluden a un posible escudo del rey Sancho I esculpido en uno de los modillones del interior. Este monarca adoptó por primera vez los cinco blasones azules sobre campo de plata dispuestos en cruz. Sin embargo, atendiendo a este escudo concreto, para los expertos no se puede pasar por alto un elemento que adelanta su construcción al reinado de Manuel I en el siglo XV, pues es en este momento cuando se rodea el escudo con una bordadura rectangular terminada en cuña tal y como sucede en el Domus Municipalis.

Polémicas cronológicas aparte, lo cierto es que tanto el edifico como sus entornos sufrieron una amplia restauración a principios del siglo XX. La zona alta de la ciudad de Braganza mantenía hasta entonces su trazado de burgo medieval, compuesto por calles estrechas y tortuosas. Una profunda intervención urbanística en torno a la antigua iglesia de Santa María y de la Domus Municipalis en los años 30 liberó el conjunto de edificaciones adyacentes, permitiendo que hoy disfrutemos una vista diáfana del mismo, aunque totalmente distorsionada de lo que debió de ser en el medievo, cuando La Domus Municipalis se sumergía tímidamente en el abigarrado caserío.

Estructura

La Domus Municipalis se estructura en dos espacios distintos que se superponen en una planta con forma de pentágono. El piso inferior es la antigua cisterna que hizo que durante mucho tiempo al edificio también se le conociera como Casa del Agua. El depósito tiene forma rectangular, cubierto por una bóveda de cañón apoyada sobre tres arcos torales ligeramente abatidos. Parte de su suelo es de plano inclinado para recoger no sólo las aguas provenientes de un pequeño manantial que nace de una de sus esquinas sino también para recoger el agua de lluvia de sus tejados.

Alzado del depósito y la sala de reuniones, elaborado por Pedro Azevedo.

El piso superior se construyó con posterioridad, adaptándose al espacio y habilitándose como lugar de reunión del Senado municipal. Un banco corrido de granito articula la estancia, que está coronada por una cornisa sujeta por 53 canecillos figurados, uno de los cuales es el anteriormente referido de los escudos. Una serie de arcadas de medio punto sirven de vanos que iluminan el interior. El abandono de su función pública en el siglo XVII hizo que este espacio acabara siendo reconvertido en vivienda particular, dividido en dos estancias. De esta guisa y completamente abandonado se lo encontraron los encargados de restaurar la Domus Municipalis a comienzos del siglo pasado, cuando se propusieron devolverle su imagen original.

Cómo llegar

Braganza se encuentra a poco más de 200 kilómetros de Oporto, desde donde se llega directamente por la autovía A4. Desde Lisboa el trayecto total es de 490 kilómetros, circulando por las vías A1, IP6, A23 y A4, respectivamente, a través de Torres Novas, Abrantes, Guarda y Macedo de Cavaleiros. Ya desde España, se puede llegar desde Vigo, ciudad de la que le separan 236 kilómetros circulando por la A-52 hasta Puebla de Sanabria primero y luego por la E622 hasta Braganza. Por el este, el acceso ya sea desde Madrid, Valladolid o Salamanca, es atravesando la frontera por Alcañices, donde se toma la IP4 hasta llegar al destino.

PT* A cidade portuguesa de Bragança tem as suas origens na antiga Brigantia, que também foi conhecida como Juliobriga (homenagem do imperador Augusto ao seu antecessor Júlio César). Está localizada no alto da colina de Nossa Senhora do Sardão, no coração da região de Trás-os-Montes (norte de Portugal) e a sua cidadela é um dos núcleos amuralhados mais harmoniosos e melhor conservados de Portugal. Essa urbanização deve-se, possivelmente, à reconstrução da cidade executada no ano 1130 por Dom Fernão Mendes, líder de uma das cinco linhagens mais importantes da idade média portuguesa, após um período de saques e destruição durante a Reconquista.

Mendes, que era cunhado de Dom Afonso Henriques, primeiro rei de Portugal, havia permutado os terrenos de Bragança com os monges do monastério beneditino de Castro de Avelãs. Após a sua morte, e sem uma descendência que consolidasse o senhorio, Bragança entrou em outra frase de instabilidade. Foi então quando Sancho I concedeu, em 1187, seus primeiros foros à cidade com o objetivo de consolidar a linha fronteiriça com a Galícia para incentivar a repovoação. A essa época corresponde também o castelo, construído para a defesa de toda a comarca.

Nesse contexto foral da cidade surge o edifício hoje conhecido em latim como Domus Municipalis, em torno do qual se desenvolveu uma polêmica não apenas sobre seu caráter de Câmara Municipal, mas também sobre sua cronologia e seu estilo artístico.

Acredita-se que, em sua origem, possa haver existido nesse espaço uma antiga cisterna romana que, com o passar do tempo, acabou sendo utilizada como Senado. Para que isso fosse possível, se adicionou a esse espaço um segundo corpo superior para que pudesse abrigar as reuniões públicas. O mito (do século XIX) dos municipalismos lhe conferiu a sua atual designação em latim, nome estranho aos usos da Idade Média, quando se utilizava o termo de Paço do Concelho para nomear esse tipo de edifício.

Época da construção

Ainda mais polêmica é a sua cronologia. Por um lado estão os defensores da sua construção até os finais do século XIII e princípios do século XIV, ao alegar a própria história da cidade, que descartaria datas anteriores ao século XIII. Também estilisticamente se tem em conta outros aspectos, como as características de alguns elementos decorativos usados em sua construção, a exemplo dos modilhoes de rolos ou as pontas de diamante. Já os defensores de uma construção mais antiga, fazem alusão a um possível escudo do rei Sancho I esculpido em um dos modilhoes do interior. Esse monarca adotou pela primeira vez os cinco brasões azuis sobre campo de prata dispostos em cruz. Porém, para atender a esse escudo concreto, para o especialistas não se pode ignorar um elemento que adianta a sua construção ao reinado de Manuel I no século XV, pois nesse momento, quando se rodeia o escudo com uma bordadura retangular terminada em cunha, como acontece na Domus Municipalis.

Questionamentos cronológicos à parte, o facto é que tanto o edifício como seus entornos sofreram uma ampla restauração em inícios do século XX. A zona alta da cidade de Bragança mantinha até então o seu traçado de burgo medieval, composto por ruas estreitas e tortuosas. Uma profunda intervenção urbanística em torno da antiga igreja de Santa Maria e da Domus Municipalis, nos anos 1930, liberou o conjunto de edificações adjacentes, permitindo que hoje se possa usufruir de uma vista diáfana do mesmo, embora totalmente distorcida do que devia ser na época medieval, quando a Domus Municipalis se submergia no sobrecarregado casario.

Estrutura

A Domus Municipalis está estruturada em dois espaços distintos que se sobrepõem em uma planta com forma de pentágono. O piso inferior é a antiga cisterna que fez com que durante muito tempo o edifício fosse conhecido como Casa da Água. O depósito tem forma retangular, coberto por uma abóbada de canhão apoiada sobre três arcos torais ligeiramente abatidos. Parte do seu solo é de plano inclinado para recolher não apenas as águas provenientes de um pequeno manancial que nasce numa de suas esquinas, como também para recolher a água da chuva que caem dos seus telhados.

O piso superior foi construído posteriormente, adaptando-se ao espaço e habilitando-se como lugar de reunião do Senado Municipal. Uma bancada corrida de granito articula a estância, que está coroada por uma cornija sustentada por 53 mísulas figuradas, uma das quais é a já citada dos brasões. Arcadas de meio ponto servem de vão para iluminar o interior. O abandono da sua função pública no século XVII fez com que esse espaço acabasse sendo convertido numa moradia privada, dividida em duas estâncias. Dessa forma, e completamente abandonado, o encontraram os responsáveis pela restauração da Domus Municipalis no início do século passado, quando se propuseram devolvê-la sua imagem original.

Como chegar

Bragança está localizada a pouco mais de 200 quilómetros da cidade do Porto, a partir de onde se pode chegar diretamente pela autoestrada A4. A partir de Lisboa, o trajeto total é de 490 quilómetros, a circular pelas vias A1, IP6, A23 e A4, respectivamente, por meio de Torres Novas, Abrantes, Guarda e Macedo de Cavaleiros. A partir da Espanha, pode-se chegar desde a cidade de Vigo, num percurso de 236 quilómetros pela A-52 até Puebla de Sanabria. Em seguida, deve-se tomar a E622 até Bragança. Pelo lado leste, o acesso, seja desde Madrid, Valladolid ou Salamanca, é ao atravessar a fronteira por Alcañices, onde deve-se tomar a IP4 até chegar ao destino.