Una misma realidad reinterpretada desde dos visiones únicas e inequívocas tomará la National Gallery of Art de Washington, con sendas exposiciones de los artistas Jackson Pollock y Anne Truitt, que fueron presentadas esta semana.

Canal Patrimonio

Unidos por sus vínculos con la familia Guggenheim, ambas muestras simbolizan representaciones únicas de sus entornos y de las atmósferas que influyeron en su trabajo bajo los nombres de “In the Tower: Anne Truitt” y “Mural, de Jackson Pollock”.    

La de Pollock (1912-1956) la lidera “Mural”, su obra de mayor tamaño -243 centímetros de alto por 604 de largo- y una de las más destacadas de su vida, “si no la que más”, según relató Harry Cooper, conservador sénior de Arte Moderno del museo.    

La leyenda de la pieza, alimentada por el relato de la mujer de Pollock, narraba que el pintor del estado de Wyoming había desarrollado “Mural” en una sola noche en su apartamento, algo que luego no fue corroborado por él, que terminaría por datar en el verano de 1943 el proceso de creación de la obra, que llega en calidad de préstamo del Museo de la Universidad de Iowa.    

Pollock desarrollaría la pieza después de que, previo asesoramiento de Piet Mondrian y Marcel Duchamp, Peggy Guggenheim decidiera ofrecerle un contrato en su galería que le permitió dejar fluir su creatividad en la primavera de 1943, meses antes de que naciera “Mural”, que llega ahora por primera vez a Washington.

La inmensidad de la obra, la única petición formulada por Guggenheim, obligó al artista a demoler una de las paredes de su apartamento.

La monumental obra, con los mitos en torno a su creación y el recuerdo de los peligros que sufrió en Iowa por las inundaciones de 2008, estará acompañada por otras tres pinturas de distintos momentos de la vida del autor, así como por trabajos sobre papel, muestras de las múltiples caras de Pollock.    

“Number 7”, de 1951, es otra de las pinturas más destacadas del artista norteamericano, en la que se aprecia la exclusión del color, el abandono de su llamada creación de “goteo”, para dar paso a la intuición de animales y figuras humanas de su etapa de “dibujo negro”.    

Minimalismo con nombre de mujer

Casada con un periodista de Newsweek, Anne Truitt cambió de residencia entre Boston, Dallas y San Francisco hasta asentarse en la ciudad de Washington, con una etapa en Tokio entre 1964 y 1967 debido a que su marido fue enviado como corresponsal a ese país.    

Truitt, nacida en Baltimore en 1921 y fallecida en 2004, recibió una beca de la Fundación Guggenheim en 1970 y fue capaz de ocupar un espacio propio en la corriente minimalista con sus obras, que abarcan el dibujo en grafito, la pintura sobre tabla y la escultura.    

Mientras la mayoría de artistas coetáneos optaban por Los Ángeles o Nueva York como centro de operaciones, Truitt prefirió distintos barrios de la capital como fuente de inspiración, aún asequibles entonces para los artistas del momento.    

Con una gama cromática que abarca desde el negro al amarillo, pasando por rojo y rosa, Truitt interpretó sobre la madera recuerdos de su niñez e influencias literarias e históricas, como en “Insurrection” (1962), pero también procesos naturales tales como el crecimiento de una flor en “Flower”, representado en una columna monocroma.

La exposición de Pollock permanecerá en el edificio Este de la Galería Nacional de Arte hasta octubre de 2018, mientras que la muestra de Truitt -nueve esculturas, dos pinturas, y dos trabajos sobre papel desarrolladas entre 1961 y 2002- lo hará hasta abril. 

 

IMAGEN:: Fotografía de la obra “Mural”, del artista plástico estadounidense Jackson Pollock en la National Gallery of Art de Washington. EFE