Praga celebró este fin de semana el séptimo centenario del natalicio de Carlos IV, el rey que dio a la capital bohemia su célebre puente, la Universidad Carolina, la catedral de San Vito y otras joyas arquitectónicas, como el castillo de Karlstejn.
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A pesar de que los checos pusieron fin a la monarquía en 1918, Carlos IV resulta uno de los personajes más populares del país, e incluso hace unos años ganó el certamen televisivo “El checo más grande de la historia”, con el voto de los televidentes.
Una comparsa compuesta por centenares de personas en trajes de época acompañaron este sábado y domingo por el centro histórico de Praga a unos actores que interpretan a Carlos IV (1316-1378) y su primera mujer, Blanca de Valois, antes de que fueran solemnemente coronados en San Vito, según el ritual utilizado el 2 de septiembre de 1347.
Mercados típicos con muestras de trabajo artesanal de hilandería, alfarería, hierro, zapatería, así como códices y música acercaron aquella época a los visitantes. Una historiadora eslovaca que participa en el grupo folclórico Galthilion, interpretó además bailes franceses y checos, sobre todo el “saltarello”.
No faltaron torneos de caballeros en la Plaza Vieja, donde se dispusieron 180 toneladas de arena, ya que este fue uno de los pasatiempos preferidos del rey, donde sufrió serias lesiones que le dejaron encorvado toda su vida.
Hubo un desfile en la fortaleza de Vysehrad, el primer asentamiento de los reyes checos en Praga, y al atardecer una emocionante procesión con antorchas por los aledaños del Castillo, la primera vez en la historia que se celebraba.
Gritos de “Gloria al rey” se dejaron a lo largo del recorrido.
“No es que el pueblo checo se haya convertido de repente en monárquico, pero si les gustan mucho estos símbolos de su pasado. EFE
IMAGEN: Actores con indumentaria de la época en la recreación de la coronación. EFE