Al menos una decena de templos históricos y diversas zonas arqueológicas, entre ellas Soledad de Maciel-Xihuacan, que fue afectada por el paso del huracán “Manuel”, han podido beneficiarse de la aplicación del Programa de Empleo Temporal (PET) en el estado mejicano de Guerrero, lo que ha permitido la recuperación de buena parte de su patrimonio cultural.

Canal Patrimonio_INAH

Templo de San Sebastián_Cozpoapan_Guerrero_INAH
Templo de San Sebastián_Cozpoapan_Guerrero_INAH

En los últimos tres meses, con cerca de cuatro millones de pesos, el PET — programa compartido entre el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol)—, permitió emplear y capacitar a casi 400 personas, así como generar 51600 jornales.  Los recursos se destinaron a 21 proyectos que ayudaron a mejorar la infraestructura de iglesias coloniales, de los siglos XVI al XVIII, además de consolidar estructuras de sitios arqueológicos. Dicho legado arquitectónico se distribuye en siete regiones de la entidad guerrerense: Montaña, Montaña Baja, Centro, Tierra Caliente, Norte, y en las costas Chica y Grande.

Para la antropóloga Blanca Jiménez Padilla, directora del Centro INAH Guerrero, estas labores generan un beneficio económico directo, contribuyendo al sustento de familias de escasos recursos y permiten la recuperación del rico legado patrimonial. Un ejemplo fue el rescate de la cofradía, una construcción de adobe aledaña a la Parroquia de San Juan Bautista, Santuario del Señor del Perdón, municipio de Iguala.

Otros casos de éxito son los de dos poblaciones amuzgas del municipio de Xochistlahuaca, donde los templos de San Sebastián (Cozoyoapan) y de San Miguel Arcángel, fueron sometidos a trabajos de limpieza en atrios, de retiro y liberación de vegetación nociva, de empedrado en banquetas perimetrales, impermeabilización de cúpulas, entre otros. Blanca Jiménez relata que en Cozoyoapan hubo una participación muy activa de amas de casa, indígenas de la etnia amuzga. “Todas colaboraron con enorme entusiasmo en el mantenimiento y recuperación de su templo, trabajando en las mismas actividades que los hombres. La parroquia presentaba un serio problema de humedad en los muros y contrafuertes, por lo que su atención fue sumamente importante”.

Actividad formativa y trabajo comunitario

Otra de las virtudes de estas tareas es la recuperación de técnicas de manufactura en reposición de aplanados a la cal y consolidación de grietas, así como de pintura, por lo que se restituyeron colores y tonos originales en fachadas. La directora del Centro INAH Guerrero comentó que el aprendizaje adquirido por los trabajadores en sistemas constructivos y materiales aplicados en los inmuebles fue excepcional. Cabe citar el caso del Templo de San Agustín, en Tepoxtlán, Ahuacuotzingo, donde se rescató la arquitectura vernácula de tierra.

 

 

 

 

Con recursos del PET y la gente empleada de las comunidades, también se renovó la infraestructura y se recuperaron espacios en áreas de servicio y de visita, en los sitios de Teopantecuanitlán (municipio de Copalillo), Cuetlajuchitlán (Huitzuco de los Figueroa), Ixcateopan y La Organera-Xochipala (Eduardo Neri), entre otros.