Antes de cobrar fama universal como el pintor de “La ronda de noche” y “El rapto de Europa”, Rembrandt (1606-1669) se forjó en el grabado y dignificó una técnica artística que en los siglos XVI y XVII apenas tenía relieve, estaba reservada a los artesanos y se usaba básicamente como medio de divulgación.

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En la estampa se curtió y realizó numerosas probaturas técnicas “directamente sobre la plancha”, ha explicado Rosa Perales, comisaria de “Rembrandt. Maestro del grabado”, una exposición con 68 piezas que permanecerá en Valladolid  hasta el 7 de enero próximo. Fue plenamente consciente del poder de difusión que tenía el grabado, lo que aprovechó para mantener un taller propio entre 1626 y 1656, disponer de un medio de subsistencia y experimentar en el plano artístico, ha añadido la comisaria. “Dignificó el grabado y lo convirtió en disciplina artística una técnica reservada hasta entonces a los artesanos”, ha observado Perales.

La exposición, promovida por el Ayuntamiento de Valladolid, se estructura en torno a retratos, aspectos sociales y temática religiosa, además de otras piezas sin clasificar, todas ellas pertenecientes a un colección gestada durante más de treinta años por un aficionado italiano.
Rembrandt se ganó la vida retratando a personajes públicos y de gran influencia en su país, Holanda, desde burgueses y comerciantes, hasta médicos, marchantes y sacerdotes, e incluso sus amigos y familiares.

Un desnudo, erróneamente denominado “Negra de espaldas” -ya que el tono oscuro responde a la técnica y no al color de la piel-, guarda gran parecido con la “Venus del espejo” de Diego Velázquez, lo que a juicio de la comisaria podría demostrar que en esa época los artistas se documentaban e interesaban por los trabajos de los demás. El desnudo, con insinuaciones de erotismo, tiene en el pintor holandés a uno de sus primeros postulantes si se observa con detenimiento el grabado titulado “José y la mujer de Putifar” (1634), donde el artista excede del tratamiento realista y natural que aplicó a otros desnudos.

No escondió tampoco Rembrandt una velada intención de crítica social al hacer protagonistas de sus grabados a los marginales, excluidos y anónimos, casos de varios mendigos y músicos ambulantes a los que dedica varios dibujos en esta exposición. En estos pedigüeños, ha teorizado Perales, Francisco de Goya pudo ambientarse o inspirarse para algunos de los protagonistas más marginales de su obra pictórica.

El “efecto tiniebla”, que luego desplegó en algunos de sus óleos más conocidos como “La ronda de noche”, también se aprecia en estos dibujos que requieren de una gran aproximación para poder apreciar a los protagonistas de los dibujos, generalmente en interiores alumbrados débilmente por candelas. EFE_Roberto Jiménez

IMAGEN:  Una mujer observa dos de las 68 piezas expuestas en la muestra “Rembrandt. Maestro del grabado”, inaugurada hoy en Valladolid, donde permanecerá hasta el 7 de enero próximo. EFE